Un hombre armado de familia hispana volvió a desatar el pánico ayer en Estados Unidos con un tiroteo, al matar a cinco personas y herir a otras ocho en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale, a sólo 40 kilómetros al norte de Miami. La balacera obligó el cierre de la terminal, pero las autoridades no confirmaron si el ataque tenía como móvil el terrorismo o se trató de un simple hecho criminal o de una persona con problemas mentales.
El atacante, identificado como Esteban Santiago, de 26 años, nacido en Nueva Jersey, fue detenido ileso. Había salido desde Anchorage, Alaska, a Minneapolis, y luego siguió hasta Fort Lauderdale, donde llegó alrededor del mediodía de ayer. Aparentemente tenía un arma dentro del equipaje que despachó en el vuelo. Así fue que después de recogerlo en la Terminal 2 del aeropuerto, Santiago habría ido al baño a cargar el arma. Luego regresó al área de las cintas de equipaje y comenzó a disparar.
El ex secretario de prensa de la Casa Blanca con George W. Bush, Ari Fleischer, que se encontraba en esos momentos en el aeropuerto, relató el caos vivido a través de Twitter: "Se oyeron disparos. Todo el mundo corre".
Santiago tenía consigo una identificación militar. Según NBCNews, sus familiares, de origen puertorriqueño, reportaron que el joven vive en Anchorage, tiene problemas mentales, "escuchaba voces", y sirvió en la Reserva del Ejército norteamericano en Irak. Otros medios estadounidenses reportaron que Santiago habría servido también en la Guardia Nacional de Alaska y habría estado internado en un hospital psiquiátrico.
En tanto, el canal CBS señaló que en 2011 y 2012 Santiago fue investigado por pornografía infantil, aunque no hubo evidencia suficiente para acusarlo, y que en noviembre pasado entró en una oficina del FBI en Anchorage y dijo que era obligado a enrolarse en las filas de Estado Islámico (EI).
Más allá de la manifiesta intencionalidad del ataque, durante la conferencia de prensa brindada en el mismo aeropuerto, Scott Israel, alguacil del condado de Broward, consideró que era "demasiado pronto" para saber si el ataque puede ser definido como "un acto de terrorismo". Agregó que el autor del incidente, que parecía haber actuado solo, fue detenido sin ofrecer resistencia, y colaboraba con las autoridades.
La falta de precisiones oficiales abrió una serie de especulaciones sobre el carácter del ataque en un país en el que a menudo ocurren tiroteos en escuelas, universidades y lugares de trabajo.
El hecho, cuando faltan sólo dos semanas para el cambio de gobierno en la Casa Blanca, fue informado inmediatamente al presidente Barack Obama por la asesora de Seguridad Nacional.
El presidente electo, Donald Trump, dijo en Twitter que monitoreaba "la terrible situación en Florida". Poco después, se trasladó hasta el aeropuerto y fue recibido por el gobernador del estado, Rick Scott.