"En vacaciones seguimos visitando y desarrollando nuestra labor. Hay 'producientes' (pacientes) que tienen tiempo de internación, y son quienes esperan ansiosos los fines de semana las visitas. Aquellos que ingresan nos reciben muy bien. Los abuelos reciben muy bien las visitas, lo disfrutan y más aun cuando hay música y presencia de Payamediquitos, que son niños", dijo a La Mañana Patricia Gómez, coordinadora de Payamédicos Formosa.
Comentó además que están evaluando la posibilidad de comenzar en febrero las clases para incorporar a nuevos Payamédicos, pero esto se dará si consiguen un espacio físico. La semana pasada recibieron sus certificados de la Universidad de Buenos Aires (UBA) la primera tanda que hizo la instancia teórica.

Por su parte, otra integrante del grupo, Alejandra Facio, señaló que entre los objetivos de los Payamédicos se destacan su intento por contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado, desdramatizando el medio hospitalario, demostrando al paciente, familiares y equipo médico que el humor, la risa y la fantasía pueden formar parte de su vida en el interior del hospital.

"Esas sonrisas compartidas tanto con el 'produciente' (paciente) y nosotros son fabulosas. Duran segundos, pero las endorfinas actúan dejando en su paso la esperanza de la mejoría para que cada uno de ellos recupere su energía y 'vuelva pronto a su planeta (casa) a jugar'. "Cuando tenemos nuestros trajes, somos nuestros 'payas', una fantasía hermosa que nos permite con la imaginación ir y ver muchos lugares fabulosos, fantásticos", añadió.

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