Al ser consultado por La Mañana, el funcionario explicó: "El tema de los boliches y de las fiestas clandestinas lo venimos siguiendo desde hace varios años. Tiene distintas aristas. El tema de los conductores designados es algo que se viene utilizando en otras provincias, y que la Policía se haya ofrecido recientemente como uno de los actores que hacen al control de la seguridad vial y pública nos parece una alternativa válida en un principio. 

Pero para discutir todo esto deben sentarse los propietarios de los locales bailables y no sólo el municipio, sino también autoridades provinciales, para dictar una serie de normativas que son necesarias".

En esta línea, aseguró que existe un "vacío legal" en lo referente a la regulación de la ubicación de los boliches. "Recibimos a diario denuncias de vecinos, no sólo por ruidos molestos o porque estacionan vehículos en los parterres, sino también por los desórdenes que se ocasionan durante los horarios de salida. En otras ciudades, ese tipo de locales fueron reubicados en zonas que hacen que tengan hasta sus propias playas de estacionamiento, lo que permite mayor seguridad para todos", comentó.

"Pero también está el peligro de colocar las discotecas al borde de la ruta, porque existe el riesgo de que salgan jóvenes o adultos manejando a determinadas horas mientras los camiones circulan a una velocidad de viaje, lo que puede derivar en que se produzcan accidentes. Todas estas cuestiones deben ser estudiadas y legisladas", expuso el funcionario.

"Para llevar adelante ese tipo de decisiones, amén de que es necesaria la sanción de una norma por parte del Honorable Concejo Deliberante, se deben coordinar acciones entre el sector público y el privado, es decir, la Dirección de Bromatología, la Policía de la Provincia de Formosa, etcétera, y los empresarios del sector", expresó el defensor.

Descontrol

En otro orden, el defensor se refirió a los peligros que se suelen dar en las fiestas privadas que se organizan en Formosa. "Debido a los avances de los controles pertinentes efectuados por Bromatología de la Comuna en conjunto con la Policía, se da que ahora se realizan fiestas privadas en casas quintas que están situadas en lugares realmente de difícil acceso, donde no hay ninguna seguridad, ni de baños ni para incendios, ni mucho menos acerca de los alimentos y las bebidas que se ingieren. De ese modo, se produce un descontrol, que a su vez es totalmente irregular, y desleal teniendo en cuenta que los propietarios de las discotecas deben pagar impuestos y cumplir con las ordenanzas. No tenemos que esperar a que ocurran hechos graves para que los diputados o los concejales se pongan a analizar este tema", manifestó.