Tras una reunión entre las autoridades municipales, autoridades del SPAP, personal policial y personal de Gendarmería y los manifestantes, se levantó ayer en horas del mediodía el corte de la ruta 11.
Tras el diálogo se logró llegar a un acuerdo para levantar la medida de fuerza hasta el día lunes a primera hora. Aseguraron que le darán "un tiempo prudencial al SPAP para que trabaje sobre la problemática de la provisión de agua potable al barrio El Porteño".
Ayer por la mañana, el grupo de vecinos del barrio El Porteño mantenía el corte de la ruta 11 en reclamo de agua potable.
La medida de protesta se realizaba en cercanías al acceso al complejo "San Ignacio de Loyola" y desde el lunes por la tarde habilitaban el paso por 30 minutos y nuevamente en la mañana de ayer por algunos minutos, para luego volver a cortar la vía de tránsito.
Acuerdo
Antes de llegar a este acuerdo provisorio, hubo algunos intentos de negociaciones con autoridades del SPAP de Clorinda, como así también con intervención de autoridades municipales que se acercaron con un camión cisterna cargado de agua potable; sin embargo, los manifestantes exigieron que necesitaban que el agua potable se distribuya por un sistema de red y se negaron a la provisión a través de tanques.
En la mañana de ayer, un equipo técnico del SPAP procedió a la excavación de la red buscando una llave de paso, que sería uno de los motivos que impide que el vital líquido llegue con presión al barrio.
Una manifestante dijo a La Mañana, que "desde ayer a las 8 estamos cortando la ruta hasta el día de hoy sin descanso alguno. De acá no nos vamos a mover hasta que solucionen nuestro problema, si tenemos que seguir durmiendo acá lo seguiremos haciendo", enfatizó.
Ayer, la interminable fila de camiones duplicó a la del lunes, todos ellos varados a la vera de la ruta 11, mientras personal de Gendarmería en conjunto con personal policial se encontraba en el lugar reordenando el tránsito y organizando a los vehículos.
La situación caldeó los ánimos de los allí retrasados y opiniones de todo tipo se fueron dando a lo largo del paso de las horas, ya sean en apoyo a los manifestantes como también el enojo de aquellos que entienden que el reclamo es real pero no comparten el método.