"Aquí no se habla mal de Chávez ." La orden tajante es de Diosdado Cabello, jefe militar de la revolución y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que exige a ministros, dirigentes, militares, empleados públicos, militantes y simpatizantes sembrar cada rincón del país con carteles, pintadas y papelitos con la leyenda elegida por él mismo. El que desobedezca, debe ser denunciando por sus compañeros.
El primer objetivo es combatir el estreno de la serie El comandante, previsto para el próximo martes, que en principio se emitirá en todo el continente menos en Venezuela, el país que gobernó Hugo Chávez durante 14 años. Y el segundo, mantener la narrativa revolucionaria -impuesta desde la llegada del "comandante supremo" al poder en 1999-, en el peor momento histórico del proceso bolivariano. Según la última encuesta de Delphos, menos del 10% de los venezolanos dice tener confianza en el presidente Nicolás Maduro .
"Quien recibió un taxi revolucionario no puede hablar mal de Chávez. Quien esté en el teleférico Mukumbarí en Mérida no puede hablar de Chávez", predicó Cabello durante su programa Con el mazo dando, un show televisivo desde el cual arremete con extrema dureza contra la oposición.
Una buena parte de los organismos públicos desplegó ayer sus mensajes, de forma obediente, desde primera hora de la mañana. "Porque hablar mal de Chávez es hablar mal del pueblo, es hablar mal de la patria", exhibía un trabajador de Bolipuertos mientras conducía una grúa en una posición un tanto forzada. "En esta oficina no se habla mal de Chávez", acompañaban otros trabajadores en el Instituto de Tierras, Conatel, Industrias Diana (expropiada), la gobernación de Mérida o Corpocapital, la mayoría uniformados de rojo.
Incluso la policía del estado de Guárico, en el centro del país, se sumó a la campaña para ratificar su "lealtad absoluta al líder eterno" de la revolución.
"Antes de Chávez la patria estaba doblegada, habían entregado nuestras almas. Chávez vino y rescató el ser venezolano, no sólo la patria", argumentó Jorge Rodríguez, alcalde del municipio Libertador de Caracas y uno de los dirigentes históricos más cercanos a Maduro. Precisamente la semana próxima se cumplen 18 años de la llegada de Chávez al Palacio de Miraflores, una mayoría de edad que la revolución celebra con achaques de anciano.
"Gracias comandante Chávez por despertar en este siglo XXI a la Venezuela del futuro. Cada vez que cumplimos nuestra misión digo gracias a Chávez por resucitar al pueblo y su conciencia", subrayó ayer Maduro durante uno de sus actos gubernamentales.
No ha pasado un solo día, desde que asumió la presidencia en abril de 2013, sin que haya mencionado el nombre de Chávez. Incluso antes de su toma de posesión, durante la agonía del llamado "mesías de los pobres", el chavismo apostó por la profundización del culto semirreligioso en torno de su creador para atornillarse en el poder, junto a la potenciación de su inmenso aparato propagandístico.