Mateo no sabe de burocracia y de los tiempos de la Justicia, no tiene por qué saberlo. Sus padres, lamentablemente, sí. Ellos conocen de andar a cuestas con los pedidos de tratamientos y medicamentos en una carpeta y de ir y venir entre cautelares, pero también sienten que su hijo lo vale todo.
Sus padres, Leticia y Víctor, intentan lograr una mejor calidad de vida para el pequeño desde que nació, lidiando principalmente con la burocracia de su obra social y los tiempos de la Justicia. Necesita ser tratado en el Instituto FLENI, y a pesar de la orden de la Justicia de que la obra social debe hacerse cargo del 100% de la cobertura, aún no hay novedades.
"Dos veces salió la cautelar que determina que la obra social debe hacerse cargo de los gastos del tratamiento. Ellos supuestamente querían cumplir, nos mandaron un formulario del FLENI para poder ingresar a hacer el tratamiento. Tengo el pedido de los médicos, no necesito un formulario. Le enviaron a la obra social el presupuesto 120 mil pesos. Nos hicieron por tercera vez el pedido de sillas, de valvas, del bipedestador", cuenta su mamá, Leticia Caballero.
"En la obra social me dijeron que si quería algo, que vaya por vía judicial directamente. Se le hizo una apelación y salió que le cobran una multa de $ 200 por día, es una vergüenza. ¡$ 200! Son $ 1000 por día que yo tengo sólo de kinesiología nada más, sin contar combustible, hospedaje y todo lo demás", enumera y pide al juez que tome conciencia porque se ve que no sabe cuánto sale un paquete de harina", se indigna con Mateo que juega en sus brazos.
"Ya no puedo pagar, ya no tengo. Si tuviera no habría problema, pero no tengo. Los de la obra social nos dijeron que si queríamos algo vayamos a juicio. Así de simple. Nos prestaron un bipedestador pero es chico para él, pero igual él tiene que estar parado, tiene que tener buena postura. Pido que el juez tome conciencia de lo que está pidiendo porque si no van a seguir haciendo lo que ellos quieran", sostiene.
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