"Los chicos reflejan la falta de amor. Dios es amor y siempre está, entonces hay que buscarlo, percibirlo y encontrarlo", afirmaron desde la Iglesia
Las personas somos seres emocionales, los sentimientos nos atraviesan la vida y muchas veces nos llevan a lugares o a situaciones realmente difíciles de sobrellevar. Por ello, La Mañana consultó con Eduardo Silva, responsable del grupo misionero de Renovación Carismática, quien, basado en su experiencia, brindó una reflexión dirigida a todos los jóvenes de Formosa y también a las personas de su entorno.
Entre los más bajos del mundo, el nivel de bienestar emocional de los jóvenes "es una realidad que se vive innegable". En este sentido, Silva meditó sobre "la mala decisión de quitarse la vida", sosteniendo que se trata de un gran interrogante en la sociedad, tanto en la familia como en el joven mismo. "Cuesta decirlo, pero es real", dijo.
En relación a los fundamentos que direccionan a la toma de 'malas decisiones', dijo: "Hay un porcentaje que radica en los sentimientos, en las necesidades de ser queridos: El decir 'yo no siento que me quieren' es una expresión real y muy fuerte". Habló de la parte espiritual de cada persona y de la necesidad de "estudiar" la propia realidad de cada uno. "Creo que el mismo joven debe pensar, la Palabra lo dice: Hay que sacar agua de nuestro propio molino", aportó.
Desde su experiencia particular, Eduardo cuenta que logró salir de esa situación acercándose a Dios: "Yo buscaba un futuro en el dinero, en el placer, y lo tenía, pero no era feliz. Tenía salud, dinero, pero también tenía un vacío, había algo que me faltaba", comentó explicando que el cuenta su vivencia para poder a ayudar a tantos jóvenes que se acercan con las mismas dolencias, y atestiguó que se trata de "una realidad que le toca a cualquier clase y condición social porque es a la persona a la que afecta".
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