Son cada vez más los casos en los que adolescentes, niños y niñas se fugan de sus domicilios y termina resultando "una aventura adolescente". Escenarios donde los jóvenes, que transitan por una edad difícil, que adolecen, se van de sus casas y pasan horas, días, 'escondidos' en lo de algún amigo, un conocido, un familiar.
Esas situaciones, según la subsecretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, María Graciela Parola, son aisladas, ya que "se dan quizás una sola vez y no se vuelven a repetir", pero hay otras que se repiten dos, tres, más veces, y allí el fortalecimiento familiar es esencial.
"Esos son los casos en donde más trabaja el equipo de profesionales de la Secretaría, con los adolescentes y con las familias", dijo Parola a La Mañana.
Además, aseguró que casi siempre el trasfondo se encuentra en problemas familiares, donde también existe una falta de comunicación entre hijos y padres o adultos responsables, siempre necesaria, pero más aún en la adolescencia. Aunque testificó, que existen motivos más graves que encierran por ejemplo casos de abuso sexual intrafamiliar, en los que el miedo a denunciar o a comunicar a otro adulto, por parte de la víctima, dificulta aún más el tratamiento del problema.
Allí radica la importancia de pedir y recibir ayuda. "El Estado dispone de un equipo de profesionales. A veces, el pedir ayuda a tiempo previene muchas situaciones riesgosas o consecuencias más graves, como por ejemplo caer en adicciones, o que adolescentes escapen de sus casas", expuso la subsecretaria.
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