Rampas obstruidas por vehículos, o rotas, ausencia de las mismas en edificios públicos o escuelas. Pocas unidades de transporte urbano adaptadas para discapacitados. Remiseros que se niegan a prestar el servicio, por evitar la molestia de descender del vehículo y abrir el baúl para guardar una silla de ruedas, son tan sólo algunas de las dificultades que deben sortear a diario quienes padecen discapacidad, más aún minusválidos y disminuidos visuales.

Incluso, la acumulación de agua servida en el centro, hace que cruzar la calle para una persona anciana o que dependa de un bastón, sea todo un problema.

La mayoría de los consultados por este medio manifestaron que eliminar las barreras arquitectónicas es uno de los temas pendientes para permitir la integración de las personas con discapacidad en la sociedad. 

Las "barreras físicas" las encontramos en la mayoría de los espacios públicos, es decir, plazas, veredas y más aún en los barrios, donde la falta de veredas y las calles de tierra complican el paso. También los edificios en general escasean de adecuadas soluciones a estos inconvenientes. Escalones, escaleras, ascensores diminutos, puertas en mal estado, veredas rotas y baños públicos no adaptados, son las principales causas que afectan a las personas con discapacidad.

Accesibilidad

De acuerdo a un informe de "Inclúyeme.com", la falta de movilidad "es un problema muy grave, con consecuencias en muchas facetas de la vida de las personas con discapacidad". Implica no poder desplazarse, en algunos casos no poder comer solo, no poder visitar a un amigo, no ir al cine, no poder hacer compras, no poder ir a trabajar, entre otras cosas.