Con nombres de
fantasía, relatamos esta anécdota verídica.
Luisa visita a su amiga Perla para conocer a Rosita, su hijita de meses.
Tener a la Bebé en sus brazos, genera en Luisa una entrañable ternura.
De repente es impactada por los ojitos de la pequeña que brillan de alegría
siguiendo el vuelo de una mariposa...
Por esas vueltas de la vida, las amigas recién vuelven a encontrarse tras 20
años, y se encuentran fortuitamente caminando por un parque.
Luisa y Perla se abrazan con efusión y sostenidamente.
Cuando Luisa se dirige a Rosita, que acompaña a su madre en la caminata,
recuerda emocionada a la Bebé con su sonrisa y sus alegres ojitos al seguir el
vuelo de la mariposa.
Intenta abrazarla y se encuentra con una persona de rostro duro, que responde
con un frío saludo formal.
¿Qué pasó durante esos 20 años en la vida de Rosita?
Veníamos hablando de esperanzar, contagiar Esperanza, Esperanza que nos lleva a
la acción construyendo un Mundo saludable.
Proponíamos la acción de trabajar nuestro propio interior.
Sentipensamos que trabajar en nuestro interior es un trabajo de recuperación
Recuperar la esencia con la cual nacimos como seres humanos.
Recuperar el sentido de pertenencia a la Vida.
Recuperar el ser solidario cooperando con la Vida en todas sus manifestaciones.
Recuperar la Ternura, la poderosa Ternura.
Recuperar los sentimientos.
Recuperar el Amor.
Criados en la patriarcal cultura antropocéntrica, la pertenencia ha sido
reemplazada por el situarnos fuera de la Naturaleza, la solidaridad por el
individualismo, lo cooperativo por la competitividad, la Ternura por el
Autoritarismo, los sentimientos por los razonamientos, el Amor por la odio.
Recuperar estos valores esenciales, es descubrir nuestro Ser natural, es decir
descubrirnos. ¡Hasta la Victoria de la Vida Siempre!
Julio Monsalvo