El director de Estadística y Censos de la provincia, licenciado Andrés Quintana, dijo que si bien el proceso inflacionario no se detiene, el incremento salarial del 30% que otorgará el Gobierno provincial permitirá que los empleados púbicos recuperen su poder adquisitivo.
Durante una entrevista con La Mañana, Quintana afirmó que la proyección de la inflación anual indica que se mantendrá por arriba del 25%.
"Según el aumento salarial anunciado por el gobernador Gildo Insfrán, hablamos de una recuperación del poder de compra de por lo menos cinco puntos, por arriba de la inflación estimada. Son proyecciones que hacemos nosotros y relevamientos que surgen. Hasta el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) salió a decir que la inflación promedio de 2017 será del 25,6%", expresó.
Recordó que la medición de la inflación de marzo arrojó un 2,5%, con un primer trimestre del año que cerró con un 6,9%, lo que daría una proyección anual superior al 25%, mientras que el Gobierno nacional había fijado un rango inflacionario por debajo del 20%.
Señaló que para que a fin de año la tasa de inflación se ubique en el rango que prevén las autoridades nacionales, a partir de mayo el crecimiento debería darse por debajo 1%, lo que consideró difícil por la política económica aplicada por el Banco Central.
Consideró que el escenario inflacionario tiene distintas causales: "Primero porque el Banco Central comete un error de diagnóstico, que lo lleva a aplicar una política monetaria que en lugar de aplacar el aumento de los precios, tiende a elevarlos".
Sostuvo que el aumento en la tasa de interés, a través de las Lebacs y los pases activos, intenta que la emisión monetaria que realiza para poder asistir al Tesoro nacional no se traduzca en suba de precios.
"Sin embargo, ese aumento en la tasa de interés también termina por impactar en la estructura de costos de las empresas y, por consiguiente, producen aumentos en los precios de los productos. Hoy tenemos que hablar de una nueva causa de la inflación, que no es de demanda, sino exclusivamente de oferta. Eso es lo que el Banco Central no entiende. A partir de la devaluación, se inicia una espiralización de aumento de los precios, sumado al incremento de las tarifas, más la reducción de las retenciones y a la emisión monetaria, lo que genera subas en los precios de los alimentos. Esto es consecuencia del aumento registrado en la estructura de costos", explicó.
Afirmó que si una empresa debe fondearse a una tasa de entre el 40 y el 50% anual, ese impacto en las tasas se trasladará al producto final. "Esto quiere decir que este proceso inflacionario es el producto de la impericia de la política monetaria de parte del Banco Central", insistió.
Agregó que la velocidad con la que se produce la movilidad de los precios, frente al inmenso sacrificio que implica la reducción del consumo interno, el aumento de la pobreza y el crecimiento de la desocupación a nivel nacional muestran que los instrumentos de la política monetaria nacional que se aplican son erróneos.
"Ahora, si la inflación cerrara en el 25% y lo comparamos con el 30% de los salarios de los estatales del sector público de la provincia, que es el segundo mejor incremento de sueldo a nivel país después de San Luis, generará un aumento del cinco por ciento en el poder de compra de los salarios. Tendríamos que tener una inflación superior al 30% para que produzca un deterioro en el poder adquisitivo", concluyó.