Aún sin respuesta por la trágica muerte de su hijo de 10 años, asesinado por su entrenador de fútbol que luego se suicidó y pidió: "A todos los padres que estén divorciados. ¡Por favor, estén presentes con sus hijos! De otra manera los niños buscarán otra figura paterna... Para peor, mi hijo se topó con este asesino".

En una entrevista con el diario uruguayo, El País, Alexandra Pérez contó que la relación entre su hijo Felipe y el entrenador Fernando Sierra, de 32 años, cambió en los últimos 5 meses y que no cree que el pequeño haya sido víctima de abuso sexual.

"Consulté a la psicóloga por la forma en que Felipe comenzó a referirse a Fernando, como si fuera su padre y porque el hombre se tomó con él atribuciones que no le correspondían, ya que no era el padre", explicó la mujer que es funcionaria de la Policía de Maldonado.

La mujer recordó: "Juan Sosa, el DT de la categoría de Felipe en Defensor, me contó que Fernando le dijo que estaba haciendo los papeles para adoptar a Felipe. También me enteré que la madre de Fernando andaba diciendo que Felipe era su nieto y que pronto se iba a ir a vivir con ellos".

Eso motivó a que se contactara con la psicóloga: "Antes de Semana de Turismo, yo consulté el tema con la psicóloga de Sanidad Policial. Ella tuvo una entrevista con Felipe. Le llamó la atención, por ejemplo, cuando le preguntó por Fernando. Es mi padre, le dijo a la psicóloga".

El caso

Después de dos días de intensa búsqueda, Felipe fue encontrado en el llamado sotobosque de la Villa Serrana, en el departamento de Lavalleja. Tenía un tiro en la cabeza y estaba abrazado a Sierra. La principal hipótesis es que el entrenador se suicidó tras matar al nene.

Los investigadores no tienen claro aún cuál era el verdadero vínculo que los unía, por lo que los forenses intentaban determinar si el menor había sufrido abuso sexual.

Sí se sabe que, por recomendación expresa de una psicóloga que analizaba el extraño vínculo entre el entrenador y el menor, la madre de Felipe le dijo a Sierra que ya no volviera a acercársele. La respuesta del adulto fue sacar al chico del colegio, en Maldonado, y llevárselo hacia su destino fatal.