De La Rosa comentó a La Mañana que en lo que hace al trabajo del CEDEVA en Laguna Yema, las precipitaciones retrasan algunas tareas e impiden el ingreso de máquinas a los lotes con diferentes cultivos de ensayo como maíz, sorgo, algodón y soja.

Dijo que la lluvia no suele ser un problema para esa zona de la provincia, aunque reconoció que este año se torna particular porque la constancia de precipitaciones es importante.

Aclaró que en el caso de los cultivos intensivos y frutales no hay mayores inconvenientes porque son de ciclos más largos y el desarrollo de las plantas demanda varios años. 

En el caso de los cultivos extensivos, requieren de ciclos más cortos -de entre 90 y hasta 150 días-, por lo que la ocurrencia de fenómenos climáticos con intensas lluvias representa más dificultades y se debe atender que no haya proliferación de plagas. 

"Las lluvias retrasan algunas tareas por falta de piso en condiciones para ingresar con las máquinas en los sectores de siembra". 

Reconoció que las lluvias son normales en otoño, pero puso de relieve que toda la zona tuvo un período de cinco años de sequía que generó estragos en toda la región. "Las dificultades provocadas por las lluvias están relacionadas con no poder entrar a los campos donde tenemos diferentes ensayos de cultivo como maíz, sorgo, algodón y soja. Recién cuando las inclemencias del tiempo lo permitan podremos ingresar, porque hasta ahora no lo podemos hacer por la presencia de barro. Hay que esperar y mientras tanto nos dedicamos a realizar otros trabajos vinculados con tareas de gabinete, procesar datos, proyectar modelos de ensayos", se explayó.

Entendió que este período de humedad está relacionado a la alternancia de "El Niño", que trae agua, con lo que se dejó atrás el fenómeno de "La Niña", que se tradujo en una etapa de sequía de cinco años, que quedó atrás hace dos años. 

Ganadería

Si bien el Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias de Las Lomitas es el que desarrolla la mayor actividad, el CEDEVA de Laguna Yema habilitó varias hectáreas para incluir la producción bovina con sistemas intensivos de pasturas desde el año pasado.

"Para esta actividad las lluvias son bastante buenas porque favorecen el desarrollo de las pasturas antes de la llegada del invierno. Para lo que es producción animal y pasturas, las precipitaciones son muy beneficiosas. Lo que pasa acá adentro del CEDEVA es lo que le pasa afuera a los productores en el campo. Un otoño lluvioso para la producción ganadera es muy bueno porque por lo general comienzan a escasear las lluvias y después se produce el gran bache de oferta forrajera durante el invierno hasta principios de la primavera, y por consiguiente menos alimentos para los animales", se explayó. 

Se trabaja por lo menos con cuatro tipos de pasturas para probar con carga animal: el Gatton Panic, Grama Rodhes, Braquearea y Buffel Grass. Con la pastura, se busca intensificar los sistemas de manejo del ganado bovino, tanto para la recría y terminación y más adelante evaluar el manejo de los rodeos de cría. 

Remarcó que todo el cultivo de sorgo y maíz tiene por objetivo la intensificación de la ganadería y resaltó la importancia de los procesos de cultivo para la alimentación animal. 

"Lo que creemos es que la agricultura debe estar asociada a la ganadería. La agricultura debe ponerse al servicio de la ganadería para poder intensificar los sistemas y de esa forma lograr mayor productividad por hectárea. Por eso estamos enfocados en el desarrollo de cultivos como el sorgo y el maíz, que pueden ir a sistemas de conservación de forrajes como los silos para la alimentación animal. Trabajamos sobre ese eje: potenciar la agricultura en función de la ganadería, porque a futuro es el camino que garantizará el desarrollo de esta región", opinó.