"La gestión de Mauricio Macri todavía tiene cierto interrogante. Suelo decir -y con mucho respeto- que es una gestión que ofrece buen futuro pero está anclada básicamente en el pasado", definió sobre la realidad política actual.

En esta misma línea, continuó: "Es una gestión a la que todavía le falta presente. Si uno analiza la campaña publicitaria que el Gobierno actualmente tiene, se llama 'Haciendo lo que hay que hacer' y es una sensación de poder cristalizar ese poco presente que no se palpa, preferentemente en la perspectiva económica como primer elemento. No obstante ello, su desafío hoy no está asociado al transformar o pegar un giro brusco desde el punto de vista de la generación de consenso desde lo gubernamental sino más bien sortear exitosamente el tránsito electoral", consideró. 

Sobre el panorama electoral de octubre, señaló: "Hoy habrá que ver... con una oposición y, especialmente, con el peronismo fraccionado en tribus, pareciera ser que en muchos distritos les alcanzaría. Evidentemente en otros distritos del interior del país no; pero es un juego que hay que calcular de aquí a octubre a modo de un ajedrez bien complejo", sentenció.

Sobre la situación económica, indicó: "Casi dos terceras partes de los argentinos mantienen algún nivel de disconformidad con la situación económica. El Gobierno hoy se ha estabilizado, ha pegado un bajón y ha vuelto a subir. Diría que la percepción tanto en imagen presidencial como de Gobierno tiene valores sostenidos por mitades, donde la mitad lo aprueba y la mitad lo desaprueba. Lo que sucede es que toda la mitad que lo aprueba básicamente es un bloque homogéneo y el sector que lo desaprueba es un bloque dividido en bloques y sectores. Desde esa perspectiva, al Gobierno esta situación le serviría", consideró.

Comunicación política

En lo que refiere a la comunicación política, sostuvo que es necesario abordar esta temática intentando comprender cuáles son las que se dan a nivel Argentina y a nivel regional, muy impactadas por acontecimientos internacionales que quizás desbordan lo que es la propia región latinoamericana.

 
"Hay una especie de tironeo sobre dónde se ubica la comunicación política: si forma parte de la política o de la comunicación. Suele ganar esa pulseada la política o los politólogos o la ciencia política y me parece que la comunicación generalmente restringe lo político a algo muy aproximado a lo que se entiende como periodismo político. La idea es ensanchar el campo de acción del propio comunicador y agregarle elementos que tengan que ver con la teoría política y el comportamiento político. Es un desafío de visualizar un campo profesional más amplio del que se tiene", explicó en cuanto a los alcances de la discusión de temáticas del orden de lo político con el ámbito periodístico. 

Así también, Riorda diferenció la comunicación política electoral y la gubernamental: "La comunicación política electoral es lo más parecido a un show, a un gran espectáculo que hay que mantener vivo permanentemente; mientras que la comunicación gubernamental está bastante disociada de lo que se entiende por marketing político. Se aproxima mucho más a la idea de legitimar políticas. Lo primero que un gobernante, en este caso pensando en la comunicación política gubernamental, debiera hacer es incorporar la palabra legitimación de políticas y, por otro lado, la perspectiva de largo plazo; sólo teniendo en cuenta estos dos elementos se puede lograr coherencia sostenida a lo largo del tiempo. La comunicación no hace magia, es simplemente el reflejo de la actividad política; si la actividad política no es presidida bien, la comunicación política tampoco en definitiva va a ser buena", enfatizó.

Sobre la relación medios de comunicación y política, Riorda indicó: "Hace un año, diez años, cincuenta años, en Argentina, en América y en el mundo, los medios siempre estuvieron y estarán politizados básicamente porque los medios son actores políticos. La teoría más importante, que es la teoría de comunicación de masas, parte básicamente de la afirmación de que los medios son un actor político y nunca dejan de serlo. En todo caso, una de las características más importantes que tiene esta novedad o este proceso es que ahora los medios son objeto y sujeto de la reputación o los periodistas lo son. Vale decir, son puestos en el juicio público del mismo modo que un político y por tanto pareciera que los medios hacen algo de política porque adquieren mayor visibilidad, cuando en realidad siempre lo hicieron, independientemente de si tiene un sesgo ideológico más de un lado o el otro". 

Específicamente sobre el "periodismo militante", consideró: "Creo que es una novedad donde la ideología se hace explicita. La tendencia del periodismo militante parte aguas, no hay una postura única. Desde mi punto de vista, creo que tiene algunas cosas interesantes en tanto y en cuanto se aproxima a una visión anglosajona que hace explícita el apoyo a un proyecto político. Los grandes medios en Norteamérica, antes de terminar la campaña electoral, literalmente, generan un análisis de por qué deberían votar a tal o cual candidato. Por otro lado, podría decir que el periodismo tiene como objetivo poner en jaque al poder, controlarlo, desnudarlo, hacerlo público desde todo punto de vista. Y desde esa perspectiva, el periodismo militante no cumple fehacientemente con esa dinámica exigida. Creo que tiene cosas de bueno y de malo, dependiendo desde donde uno se pare", resumió.