"Yo también maté a un terminator" es el título de uno de sus libros y también de uno de sus cuentos. Según Sandro lo escogió para identificar al libro porque tiene que ver con el sentido que busqué darle a los textos en general.
"Son textos que apelan a la idea de que hay una posibilidad de hacer algo distinto, apelar a otras posibilidades. Hay un sentido oculto detrás de las historias, algo inesperado, algo fantástico, algo mas allá de lo que uno puede esperar. Si hay un terminator que es famoso, bueno, yo también. Hay como una segunda lectura siempre detrás de cada una de las historias", define el escritor.
Invitado por la editorial Macedonia, con la que viene trabajando hace tiempo, Sandro Centurión participó de la edición 43 de la Feria internacional del Libro de Buenos Aires, una de las más importantes a nivel internacional. Sobre esta experiencia y sus inicios como escritor, sostiene: "Uno va escribiendo, no siempre tiene la intencionalidad de publicar y después me di cuenta que tenía un montón de cosas escritas y unos amigos me sugirieron publicar eso. Me sume a una movida nacional e internacional que tenía que ver con las mini ficciones y tuve la oportunidad editorial".

"Enganchar al lector"

"La mini ficción es un género narrativo que juega mucho con la extensión de los textos. Son muy breves por eso se tiene muy poco tiempo para contar una historia o dejar un mensaje, y necesitas generar un impacto inicial fundamental en el lector que es fundamental para engancharlo en la lectura. La idea de la literatura en general es que el lector se enganche con el texto y que lea, que no deje de leer, que no se desprenda del texto. Es una estrategia y un trabajo creativo", define.
Asegura que quienes escriben, "queremos que más gente nos lea, queremos mostrar lo que hacemos. Es un acto de comunicación. Cuánta más gente te lea es mejor porque el mensaje que querés dar al otro llega a más gente. Lo mismo pasa con todos los artistas. El arte para uno mismo, no avanza".

Instalar preguntas e incomodar

Sandro considera que el lugar que tiene que ocupar el arte y sobre todo la literatura es el de "instalar determinadas preguntas y movernos de los estados de certidumbre y de comodidad en que uno se encuentra. Incomodar e instalar preguntas que no nos habíamos hecho con anterioridad. Ese es el desafío. Creo que el desafío esta puesto por ahí cuando se trata de lectores más jóvenes. Generalmente apuesto en lo que escribo a los lectores más jóvenes porque son quienes conservan ese espíritu de rebeldía y de mirada distinta de la realidad. Es ahí donde esta lo interesante. Quizás los más grandes estamos un poco mas instalados en nuestras certidumbres y en nuestros estados de comodidad", compara.
Sobre el lugar del lector, explica que en el caso de las microficciones: "es muy importante, necesitan de la complicidad del lector para llenar los huecos que quedan en las historias; para completar el sentido. Necesitas un lector que se comprometa con la lectura y construya su propia historia a partir de lo que sugiere o se deja elidido".

"Se escribe para otros"

Sandro también dijo que quien desee comenzar a escribir debe tomar conciencia que se escribe para otros. "Hay como dos grandes etapas. Una donde escribe para uno mismo, para llenar, y volcar lo que siente, una cuestión mucho más intimista y más de volcado de sentimientos y emociones. Y hay otro momento donde uno se da cuenta de que puede compartir eso que siente con otros y ahí se necesita hacer un salto. Cuando empezas a tomar conciencia de que escribís para otro también, inevitablemente, se mejora el estilo. Es un desafío muy grande. Ayuda mucho en la escritura tomar conciencia de que hay alguien que está del otro lado leyendo", cierra.