Según las afirmaciones días atrás del ministro de la Producción y Ambiente, Raúl Quintana, al exponer pormenores acerca de la declaración de emergencia que para los sectores agropecuario, apícola, de extracción, forestal y ganadero dispuso el titular del Poder Ejecutivo provincial, es apreciable cómo se acentúan las consecuencias con el correr de los días.
Desde las rutas mismas que surcan nuestro territorio, se aprecian campos invadidos o cercados por las aguas producto de las persistentes lluvias, las cuales desde fines del año pasado se han venido dando en gran parte de la provincia. Y a partir de los informes técnicos elaborados, se llegó al diagnóstico final de emergencia.
A esta conclusión llegaron todas las organizaciones relacionadas con dichos sectores productivos, los cuales confluyen en el seno de la Comisión Provincial de Emergencia Agropecuaria: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), Instituto Provincial de Acción Integral para el Pequeño Productor Agropecuario (IPAIPPA), el Centro de Validación de Tecnologías Agropecuarias (CEDEVA), los municipios y las organizaciones de productores.
A modo de tener una magnitud de cuánto afectó el clima a las principales actividades productivas formoseñas, Quintana reveló que "el 80% de la superficie ganadera está afectado por exceso hídrico producto de las lluvias. Además se perdió más del 50% de la producción algodonera", sólo por citar algunos ejemplos.
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