El obispo de la diócesis de Formosa, José Vicente Conejero, reconoció que la institución matrimonial está en crisis por culpa del "pecado" y llamó a una conversión de actitudes para superar las dificultades y defender a la familia.
Conejero remarcó que las estadísticas que marcan el crecimiento en los casos de divorcio, no deben influir o promover un cambio en la doctrina o el sentido del matrimonio, "que es para toda la vida".
Monseñor formuló estas declaraciones en coincidencia con el mensaje del Papa Francisco, quien afirmó en el Vaticano que el amor matrimonial se debe vivir "para siempre o nada" y no "hasta que dure", ya que en estos últimos casos, opinó, es mejor no casarse.
"Hay que hacer un discernimiento y cuando se opta y elige libremente la vida matrimonial, esa opción es irrevocable, para siempre. Pasa lo mismo con quien se consagra al Señor y toma los votos perpetuos o el que se siente atraído por la vida como célibe", expresó Conejero a La Mañana.
Aseguró que las parejas están llamadas a defender el matrimonio mientras vivan sus miembros, desde una actitud de fidelidad hasta la muerte.
"Mientras que viven, el sí del matrimonio debe ser para siempre. En el rito de la Iglesia católica se invita a que 'el hombre no separe lo que Dios ha unido'", resaltó.
En medio de la entrevista, el obispo aclaró que el Papa Francisco no excluye a nadie de la Iglesia pero debe decir la verdad de la doctrina. "Esto es cuestión de fe. Cuando creemos en Cristo Jesús, en la Iglesia y en Dios, el hombre tiene capacidad para tomar opciones para siempre, que es posible más allá de las dificultades. Los problemas se pueden superar, no apoyándose en sus propias fuerzas sino en la gracia de Dios", planteó.
Indicó que existe el testimonio de parejas que viven con fidelidad su vida matrimonial y superan gravísimos problemas. "Eso quiere decir que si es posible para algunos, también lo es para otros", señaló.
Nota completa en la edición impresa del 23/06