Seguidores del gobierno venezolano hirieron este miércoles a siete diputados, tres de los cuales quedaron sangrando en la cabeza, al irrumpir violentamente en la sede del Parlamento controlado por la oposición, que permaneció unas nueve horas bajo asedio de oficialistas.
Con palos y tubos, un centenar de personas, algunas encapuchadas, entraron al Palacio Legislativo, donde se celebraba una sesión solemne por el Día de la Independencia, y detonaron bombas de estruendo en jardines y pasillos, creando pánico y caos.
Entre el humo de los explosivos golpearon a los diputados y a otros funcionarios, y obligaron a periodistas a bajar sus cámaras y abandonar el sitio, sin que fueran contenidos por la Guardia Nacional.
Cinco de los asambleístas debieron ser hospitalizados, el más grave fue Américo de Grazia que convulsionó y sufrió una gran herida en la cabeza.