La CGT marchará a Plaza de Mayo contra la política económica del Gobierno, sobre la que considera que prioriza al sector financiero ante el de la producción, con la adhesión de las dos CTA y de organizaciones sociales.
La central obrera liderada por un triunvirato, cuyas columnas junto a las de las otras entidades arribarán al emblemático espacio público alrededor de las 15, llega sin embargo debilitada a la protesta.
A pesar del apoyo de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa (CCC), la CGT padece pujas internas entre jefes sindicales que cuestionan a los conductores y promueven un paro general, como el bancario Sergio Palazzo y el camionero Pablo Moyano, y otros como "Los Gordos" de los grandes gremios de servicios, quienes no prevén movilizarse u optarán por reducir al mínimo su participación en la protesta.
Estos últimos, tras las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), consideraron extemporánea a la protesta promovida para mañana, debido al resultado electoral que favoreció a nivel nacional al Gobierno, y dejaron trascender que la central obrera suspendería la marcha a Plaza de Mayo.
Sin embargo, el Consejo Directivo de la CGT confirmó el miércoles último la movilización que se había decidido en el plenario nacional de Ferro Carril Oeste, donde se había reclamado al Gobierno "el cese" de las intervenciones en los sindicatos y advertido que la Casa Rosada 'desalienta la producción, agudiza la pobreza y ejecuta despidos'. "Los problemas de la agenda social no se resuelven únicamente en el momento electoral", enfatizó el moyanista Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato, al ratificar la marcha.
"Una democracia real y efectiva es también una democracia que resuelve los problemas de los ciudadanos. Los ciudadanos no pueden valer únicamente a la hora del voto, tienen que valer después también", agregó.