Antonio Manco, el director de la película, aseguró a Cronopio: "No pensé hacer una película sobre este caso, no quería hacer una película sobre el asesinato de un pibe de 9 años, ni tanto menos de violencia institucional. Esta historia se dio después de un tiroteo que duró tres horas, con 105 detonaciones, armas de guerra y después de 9 llamadas al 911 en donde la Policía no sólo no actuó sino que fue cómplice dejando liberada la zona. Tras la muerte de Kevin, su madre se encuentra con un allanamiento en su casa y la Policía, que en teoría habría tenido que cuidarlos, le roba dos teléfonos y 200 pesos que tenía escondidos debajo de la almohada de su cama".

Antonio ya estaba filmando en Zavaleta, filmó a Kevin con vida, durante el Día del Niño justamente, un 18 de agosto, hace 4 años atrás. El quería hacer sólo una investigación fílmica acera de La Garganta Poderosa. 

El festival de cine de DDHH lo había premiado por un trabajo anterior y lo invitó a participar en el festival de Buenos Aires. "Quería hacer una investigación fílmica de tres meses y me quedé 4 años imbricado en una historia mucho más grande que yo, allá donde la misma comunidad, donde los vecinos y la comunidad de Zavaleta me pidieron denunciar el caso principalmente porque hubo una invisibilización del hecho. Se tardaron 8 días para poder difundir el caso y se hizo sólo gracias al trabajo y al empuje que se le dio", sostuvo. 

"Cuando la mamá me cuenta el hecho en sí sobre la cuestión del robo y la manera en que lo tenía naturalizado, me di cuenta que había que contar un caso mucho más amplio. Me sumé al duelo de la familia. Fue algo que me transformó bien humanamente y luego como cineasta, se fue como dando un click en ese momento. Tal vez el duelo tan fuerte de un pibe de 9 años que transciende un poco toda demanda. Empecé a participar de las asambleas de La Poderosa y los vecinos para poder estar codo a codo con ellos y poder contar una historia que no fuera contada desde afuera y de un italiano, sino como alguien del barrio. Pasaron 3 años y medio y creo que eso se logró gracias a la participación de los vecinos", explicó sobre los inicios de la película. La película es multidimensional con el caso de Kevin como hilo conductor, pero en el medio hay varias historias que se van entrelazando y diferentes testimonios. Lo protagonizan los pibes del barrio que tenían la misma edad de Kevin. Que cuentan lo que han vivido; la familia, los vecinos y los integrantes de La Poderosa que tuvieron que armar toda una campaña de sensibilización para denunciar el caso.

EL NOMBRE DEL FILM

"Cuando filmaba antes, yo caía desde las nubes: no tenía ni idea de la crueldad, la violencia y la corrupción desde las fuerzas de seguridad argentinas. No pensaba que se podía llegar a tanto. Cuando veo unos pibes que estaban pintando murales que justamente decían "Ni un pibe menos", entiendo que eso tiene que ser el título de la película. Después descubrí que ese era un lema de los movimientos populares para poder llevar adelante esta causa", contó sobre el origen del nombre de la película.

LA POSIBILIDAD DE TRANSFORMAR 

Antonio enfatiza en la ilusión de lograr visibilizar el caso y, por este medio, lograr transformar la situación reinante en las villas: "Tengo mucha ilusión. Muchas veces, durante este camino, me pregunté si con una película de poco más de una hora se podría sensibilizar al respecto y conseguir cambiar la realidad. Esa es siempre la ambición de quienes hacemos este tipo de cine. Muchas veces dudando de esa posibilidad. Por un momento creemos que esto podría cambiar las cosas. Y de hecho, algo suma. Creemos que es un granito de arena para sensibilizar", consideró, pero se detuvo y explicó que hace 2 meses atrás, cuando recibían dos premios en Montevideo en el festival de cine, la familia de Kevin fue "parada" por la Policía de seguridad y que a uno de sus hermanos le rompieron la nariz. "Si a esa familia le pasa esto, me pregunto qué le pasará a toda la gente que no tiene esta visibilización y vive en los barrios marginados de las periferias argentinas", enfatizó.

MIRAR DESDE OTRO LUGAR

"El camino es largo, viene a sumar, pero no deja de ser un granito de arena. Tenemos que entender que los pibes de la villa también son pibes y tienen que ser tutelados por estar en condiciones más precarias. Sentimos que nuestro trabajo es frágil. Estamos en el medio de la pelea. Es el primer paso para poder mirar la villa desde otro lugar. Si hay un logro en esta película, es haber estado al lado de estos chicos y a través de ella poder desestigmatizarlos", consideró. 

"La historia de Kevin me deja muchas cosas, me cambió profundamente a nivel humano porque me hizo entender efectivamente cómo viven y qué deben soportar quienes viven en la villa. Me deja una familia porque hoy en día soy el padrino de una hermanita de Kevin. Soy miembro de esta familia que tuvo que sufrir este duelo. A mí me deja muchísimo sobre todo a nivel humano", afirmó.

De la película se lleva, "por un lado, la consecuencia de un Estado ausente y lamentablemente demasiadas veces cómplice de abusos y violencia; y por el otro, la consecuencia de una humanidad presente y el amor de una familia y de su comunidad".