Con un tono de gravedad y hasta terror poco usual para un mandatario que debe serenar a la población que representa, el gobernador de Florida Rock Scott acaba de alertar que "es imposible sobrevivir a esto", aludiendo al gigantesco huracán que estaba ayer a las puertas de la Península.

"Este es una increíble, masiva, tormenta destructiva. Es una asesina. No esperen. ¡Váyanse!", dijo casi en un clamor este republicano a cargo del gobierno estadual desde enero de 2011.

Con el occidente del Estado como blanco seguro del meteoro, Scott urgió a los residentes a quienes se había aconsejado evacuar a que lo hagan inmediatamente.

"Cuidado!!, se está haciendo tarde!!", dijo a los televidentes en el Today Show de la cadena NBC. "Si no están en la ruta hacia el mediodía, necesitarán conseguir refugio, busquen la casa de algún amigo si están en la zona de evacuación", afirmó.

"Entre más rápido salgan es mejor. No pongan a su familia en riesgo. Hoy es el día de hacer lo correcto por esa familia. Esta tormenta es gigante y cubre todo el estado de Florida", había dicho con el mismo pulso horas antes.

El tono sombrío de la declaración continuó luego a partir de cómo s e evidenciará el azote del huracán cuando toque tierra en las próximas horas.

"La marejada, las olas que produzca la tormenta, es lo que realmente me asusta", reconoció en otro reportaje periodístico, citado por el Miami Herald. Y explicó que "se trata de olas de 12 pies", casi cuatro metros. "Piensen sobre eso... No se puede sobrevivir a esto", sostuvo, agregando una mayor alarma al apremio de la gente que ya esta siendo enviada de a miles a refugios en la Península.

"Es preciso entender algo: esto es diferente al huracán Andrew. No tuvimos marejada con el Andrew. Y este está por impactar en las dos costas. Es una enorme, enorme tormenta", reiteró. Y avisó que estas olas pueden tapar completamente las viviendas de modo que no tiene sentido resistir en ellas.

El Andrew fue uno de e los ciclones tropicales más destructivos que hayan impactado en Estados Unidos este siglo. Sucedió en agosto de 1992 con pérdidas de 26 mil millones de dólares. Produjo además 26 muertes de modo directo. También arrasó en el Caribe.

Scott estuvo hablando todo el día de ayer con una diversidad de medios periodísticos en radio y televisión reiterando su mensaje con tonos apocalípticos. Observadores en el lugar lo atribuyeron a que hay residentes muy renuentes a abandonar sus domicilios pese al tamaño extraordinario del huracán Irma, con una dimensión similar a de Francia y vientos que ayer superaban los 200 kilómetros por hora.

"Estamos haciendo lo posible para enfrentar las consecuencias. Es un huracán catastrófico", añadió. Y resaltó recomendaciones para la gente: "Tienen que tener agua, alimentos y las medicinas que necesiten".

La gente con práctica sobre estos peligros, estuvo acumulando víveres enlatados y alimentos secos y agua potable. Muchas viviendas tienen sus ventanas cruzadas con cintas y tablas de madera como gigantescos postigos para intentar resistir la fuerza del viento.

Hace pocas horas, el presidente Donald Trump, después de un conversación con su correligionario Scott, fue a su canal habitual de comunicación en Twitter para repetir la letanía de que salgan todos. "Es un huracán de proporciones épicas y quizás mayor que todos los que sufrió el país", escribió.