El 4 de septiembre último, se cumplieron 3 años de la desaparición física del músico argentino Gustavo Cerati, un artista del todo completo que ha sabido sobresalir de la escena del rock en español gracias a su versatilidad como cantante, guitarrista, productor y compositor altamente estimado y respetado por sus contemporáneos, la crítica y una larga lista de generaciones de fans que parece no tener fin. Todo lo que pasaba por sus manos, de alguna manera lo convertía en una obra extraordinaria.
Su carrera es harto conocida en términos artísticos como frontman de Soda Stereo, una de las bandas más influyentes de la escena latinoamericana, con la que grabó 7 discos de estudio y totalizó unos 22 si les sumamos los recopilatorios y trabajos en vivo. Ya como solista publicó otros 6 álbumes de rock-pop, 5 de música electrónica y sus "11 Episodios Sinfónicos", donde trabajó sobre reversiones de sus canciones con un arreglo orquestal sobresaliente.
Pero quizá una de las facetas menos conocidas o analizadas de este artista, que marcara a fuego la historia del rock argentino, sea su trato literario con determinados escritores de los que en numerosas ocasiones se ha declarado admirador ferviente. En este sentido, cabe resaltar la enorme influencia que Luis Alberto Spinetta ha ejercido en su obra, cuyo trabajo con Pescado Rabioso "Artaud" (1973) fue una suerte de puerta de entrada al universo literario de Cerati. No son pocas, en tanto, las referencias que trazan su poética, si analizamos el permanente diálogo que sus textos mantienen con ciertos escritores en cuanto a temáticas, estructuras y un extraordinario uso del lenguaje alegórico, plagado de simbologías e imágenes oníricas. Podría decirse en cierta forma que Cerati es a la alegoría lo que Spinetta es a la sinestesia y Charly García a la metáfora.
"Corazón delator", del disco "Doble Vida" (1988), es uno de los éxitos de Soda Stereo que más nos transporta a los gloriosos años ochenta, y nos remite como lectores a uno de los cuentos más reconocidos del siempre oscuro y atormentado escritor estadounidense Edgar Allan Poe, de quien Cerati se valió para retratar a esa "víctima por descuido".
En "Colores Santos" (1992), disco en colaboración con Daniel Melero, destaca "Hoy ya no soy yo", casi una declaración de principios en el amor, donde la cuestión shakesperiana del ser o no ser juega un papel central. Detrás de estas líneas, un tímido Federico García Lorca aflora con su "Romance sonámbulo" (1928): "Si yo pudiera, mocito, / este trato se cerraba. / Pero yo ya no soy yo, / ni mi casa es ya mi casa".
También el diálogo con la narrativa de Roberto Arlt es evidente en dos citas que lo dan por sentado: La "luna roja", de "Dynamo" (1992) y la "docilidad como un guante de seda" en "Noche terrible" del escritor argentino, en correspondencia con "Ella usó mi cabeza como un revólver", del disco "Sueño Stereo" (1995).
En "Ahora es nunca", de "Amor amarillo" (1993), hay un halo de luz tenue de tinte sepia a lo largo de toda la pista, con reminiscencias a la poética de Alejandra Pizarnik en su poema "Las grandes palabras", a quien el músico argentino mencionó en los agradecimientos del disco "Bocanada" (1999), junto a Jorge Luis Borges y Horacio Quiroga. "Aún no es ahora / ahora es nunca / aún no es ahora / ahora y siempre / es nunca". Cerati dirá: "Apagar las estrellas y extinguir el sol / es el capricho del ocaso / al caer la noche, tomaré el avión / si la duda es el pasado. / Ahora es nunca, todo es nada / si no descanso en tu mirada".
"Karaoke", perteneciente al disco "Siempre es hoy" (2002) propone una mirada un tanto mordaz de la sociedad del nuevo milenio -que apenas comenzaba-, con claras alusiones al modus vivendi de los reality shows, que se propagaban de manera incesante, y al Big Brother orwelliano de la obra "1984". Por otra parte, no es un detalle menor el sample de la canción "Carta" , de la artista chilena Violeta Parra, que va tiñendo de una atmósfera electrónica y moderna el mensaje cargado de apóstrofes e interpelaciones.
Sin duda, uno de los escritores con más trato por parte de Cerati -y de quien se confesó admirador- fue Octavio Paz, de quien se nutrió para trazar una de las frases más hermosas que ha dado el rock argentino en la canción "Puente", de "Bocanada" (1999): "Hoy te busqué / en la rima que duerme / con todas las palabras", que nos lleva de inmediato a las "Razones para morir" del Nobel mexicano: "La rima que se acuesta con todas las palabras / la libertad, a muerte me llamaba / sirena".
Otra clara alusión la da la canción "Amor amarillo", del disco homónimo de 1993, con los "cuerpos de luz / corriendo en pleno cielo / cristales de amor amarillo", referencia directa al poema "Manantial" en el que Paz nos habla de "astros desnudos como el oro y la plata / animales de luz corriendo en pleno cielo".
"Mereces lo que sueñas" es una frase que el propio Cerati, en determinada entrevista, eligió para resaltar particularmente en su obra. Perteneciente a "Beautiful ", de "Bocanada", esta pieza cargada del ambiente electrónico y onírico propio del disco, nos remite al final del texto "Hacia el poema", que Octavio Paz escribió en 1950: "Cuando la Historia duerme, habla en sueños: en la frente del pueblo dormido, el poema es una constelación de sangre. Cuando la Historia despierta, la imagen se hace acto, acontece el poema: la poesía entra en acción. Merece lo que sueñas".
Jorge Luis Borges ocupa un capítulo central en la poética de Cerati, sobre todo en lo que hace al lenguaje simbólico, las alegorías, los sueños, los universos paralelos... Y en este sentido, la relación del escritor con Buenos Aires (entre el amor y el espanto) y la ciudad de la furia de Cerati tienen una clara correspondencia. Así como el temblor que dice sentir el forastero al llegar al templo donde nadie lo espera, en sintaxis con el templo sagrado y casi olvidado de "Las ruinas circulares", que Borges dio a conocer en 1940; las "calles con luz de patio", en la canción "Aquí y ahora", de "Bocanada", y el poema "Montevideo": "Antes de iluminar mi celosía / tu bajo sol bienaventura tus quintas. / Ciudad que se oye como un verso. / Calles con luz de patio". Además se menciona aquí que "un ave rayó el cielo / en un trémolo trueno", "por mundos paralelos" que nos llevan al jardín de los senderos borgeanos que se bifurcan.
La influencia de Borges en la obra de Gustavo Cerati puede encontrarse también en la idea del "disco eterno" ("Sueño Stereo", 1995), en alusión paralela al Libro Eterno, a la idea de la perpetuidad, y a las vidas y universos incesantes de los que Borges nos habla en textos como "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius", "La Biblioteca de Babel", "El Aleph", "La Escritura del dios", "Historia de la Eternidad", o incluso en la memoria infinita de Funes.
Washington