Andrea Rossi volvió a comparecer ante la prensa. En contradicción con sus dichos del lunes, aseguró que la joven de 29 años giró en U después de haber impactado una primera vez a Genaro Fortunato y luego lo arrolló, ya estando la víctima en el piso
Nuevas contradicciones en el caso de la muerte del rugbier Genaro Fortunato, en Mendoza. Un día después de haber asegurado que el deportista había sido impactado solo una vez por su novia Julieta Silva durante la madrugada del sábado, la fiscal de la causa, Andrea Rossi, se desdijo y ahora sí confirmó las primeras versiones sobre lo sucedido: la joven atropelló a su novio en un primer movimiento del auto, luego dio un giro en U e impactó de nuevo contra el chico de 25 años, que estaba tirado en el suelo.
La funcionaria brindó una nueva conferencia de prensa en la ciudad de San Rafael, donde ocurrió el hecho durante el fin de semana.
"Genaro cayó al piso cuando pretendía impedir que se fuera Silva. La mujer circuló por El Chañaral hacia el Norte durante 150 metros, giró en U, volvió y cuando el chico se estaba reponiendo, lo arrolló", afirmó Rossi ante la prensa local presente.
De esta manera, la fiscal avaló los primeros dichos del cuidacoches, quien sería el único testigo presencial del hecho.
La autopsia reveló que Fortunato murió por aplastamiento de cráneo, por lo cual se estima que el segundo impacto, cuando el rugbier se encontraba en el suelo, fue el que terminó por causarle la muerte.
La propia Silva también hizo su declaración sobre el hecho durante la tarde del lunes. En su testimonio, reconoció haber girado en U con su auto Fiat Idea y dijo no haber visto a su pareja tirado en el suelo. "Pensé que había pisado un pozo. El chico me decía, 'lo pisaste, lo pisaste', pero no lo había visto", afirmó la joven.
Silva comentó además que su giro en U se debió a que pretendía buscar nuevamente a su novio, que se había quedado con su teléfono celular. A su vez, la fiscal negó que Fortunato se subiera al capot del vehículo en su intento de impedir que la mujer se fuera del bar Mona.
Rossi también confirmó que la prueba psicológica a la que se sometió la joven de 29 años determinó que Silva comprendió desde un principio la criminalidad del acto que cometió y que estaba en condiciones de ser imputada.
Silva fue trasladada esta mañana al sector femenino de la penitenciaría de San Rafael. Se le imputó por el delito de "homicidio doblemente calificado por alevosía y en concurso ideal" y, en caso de ser encontrada culpable, podrá recibir una pena de cadena perpetua.