Según afirmaron algunos analistas en medios nacionales, la actividad docente es menos proclive a la digitalización de lo que se esperaba. Estudios recientes muestran que el 'boom' de la educación on-line, que muchos vieron como el fin del trabajo docente, está lejos de reemplazar al maestro o al profesor: la tasa de abandono es alta y los rendimientos modestos, lo que sugiere que la presencia del docente sería irreemplazable.

Al ser consultado sobre este tema, Oscar Sosa opinó: "Un docente 'antiguo', que todavía se cree 'personaje' y hace que sus alumnos permanezcan callados y no razonen por sí mismos, va a ser superado por una máquina. Uno puede grabar a un profesor que explica mejor, y va a ser más eficiente. En el otro extremo, el buen profesor, que no puede ser reemplazado, que se acerca al alumno y se gana el respeto del estudiante por el conocimiento y no por la sanción, nunca va a poder ser sustituido por un aparato. Por ello, se debería abandonar el viejo paradigma de que el profesor es el 'jefe', y entender que tiene la enorme responsabilidad de formar a los profesionales que van a prestar un servicio a la comunidad. El profesor tiene que poner lo que no puede aportar un dispositivo. Por el momento, no hay una herramienta técnica que realmente llegue a sustituir a un educador o educadora. El buen profesor no es el que impone su autoridad por su cargo, sino por el conocimiento".