La evolución del iPhone 7 parece no haber despertado demasiado interés en los usuarios. Según un informe de la consultora Rosenblatt Securities la demanda inicial del iPhone 8 fue significativamente menor que la de otros modelos de Apple: durante los primeros tres días se reservaron 1,5 millones en el sitio chino JD.com, en contraste con los 3,5 millones de iPhone 7 que se habían ordenado, luego de su lanzamiento, el año pasado.

¿Por qué disminuyó la demanda? Un punto que no se puede dejar de mencionar es que el gigante de Cupertino presentó como gran novedad algunos tipos de tecnología que ya está disponible en otros dispositivos: la pantalla OLED o la carga inalámbrica y rápida, por ejemplo.

También hubo críticas negativas respecto del Apple Watch Series 3. Quienes tuvieron oportunidad de probarlo describieron fallas en la duración de la batería, la conectividad LTE y la capacidad de realizar llamadas.

Desde la empresa están trabajando para solucionar estos problemas. Y seguramente sus acciones tengan un importante resurgir cuando llegue el tan esperado iPhone X. Sin embargo habrá que ver si más allá del interés que suscita el móvil, los usuarios estarán dispuestos a pagar los casi mil dólares que vale.

Precios elevados por tecnología que no es realmente disruptiva

Lo cierto es que los competidores ofrecen casi todas las características que tiene ese celular por un valor mucho menor: las cámaras duales, pantallas con bordes redondeados y procesadores potentes están presentes en diferentes modelos de LG, Huawei, Oppo y Samsung.

De hecho desde Huawei se dieron el permiso de reírse del reconocimiento facial potenciado por tecnología 3D (presentado como el gran caballito de batalla de Apple) por medio de un video donde se anuncia el próximo lanzamiento de su Mate 10 que contará con el chip Kirin 970, el único del mercado en incluir una unidad de procesamiento neural que, según la empresa, permite un mejor aprovechamiento de la inteligencia artificial con un ahorro energético 50 veces superior al de otros procesadores.

Apple disminuyó su market share

Oriente está pisando fuerte. Más bien sigue pisando fuerte, porque esto no es nuevo aunque sí se puede decir que es una tendencia cada vez más marcada. Los números son contundentes: Samsung es la compañía que más smartphones vende a nivel mundial, seguida por Huawei que, según las últimas estimaciones compartidas por Counterpoint, ya consiguió un 12% de la cuota del mercado en julio, desplazando así a un tercer lugar a Apple.

De todos modos, cabe destacar que la empresa de la manzanita mordida sigue reinando en el segmento de equipos más vendidos, con el iPhone 7 y 7 Plus a la cabeza. En el top ten también figuran cuatro modelos de Samsung, dos de Oppo y uno de Xiaomi.

Si bien Huawei tiene una alta participación del mercado y mayor a la de Apple, como se mencionó anteriormente, ninguno de sus modelos está entre los más vendidos probablemente porque cuenta un portfolio de productos más diversificado que el de las otras empresas del ranking.

El avance de Oriente

Las compañías chinas experimentaron un gran crecimiento en sus ventas no sólo a nivel local sino también internacional: se estima que, en promedio, exportan el 40% de sus smartphones.

En una rueda de prensa en las oficinas centrales de Huawei en Shenzen, de la que participó Infobae, aseguraron que la inversión en los últimos diez años fue de 45 mil millones de dólares (cerca del 10% de utilidad), lo cual coloca a Huawei entre las diez compañías que más dinero emplean en este segmento a nivel mundial.

La empresa tiene 15 centros de investigación y desarrollo en lugares como Rusia, Japón, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. También tienen acuerdos con empresas como Leica, Daydream, Dolby, Pantone, Google, Amazon, Audi.

"Comparados con Apple tenemos con versiones que soportan una segunda tarjeta SIM, mientras que los fabricantes como Apple no ofrecen esta capacidad en ningún lugar del mundo", subrayó Tyrone Liu, CEO de Huawei Consumer Business Group de América Latina.

Oppo es una de las marcas chinas que también se impone en el mercado y mayor terreno ganó. Se hizo conocida por vender celulares baratos con buenas cámaras de fotos.

Xiaomi, por su parte, se ha destacado por ser pionero en la innovación del diseño. Fue la compañía que impuso los celulares sin bordes y con display más protagónico. También tuvo un crecimiento metórico en los últimos tres años, al igual que las otras marcas chinas.

Vivo, por su parte, también apuesta a un segmento medio, con teléfonos rendidores y económicos.

En síntesis podría decirse que las compañías orientales van ganando credibilidad en el mercado, ya que producen equipos con un buen rendimiento y tecnología de punta a un precio bastante menor al que ofrece Apple. Por otro lado cuentan con Android, el software que reina en el 80% de América Latina y que también lidera el resto de los mercados, salvo en Estados Unidos donde la participación es del 50%.

Por otra parte, Apple ha fallado en incorporar tecnología realmente disruptiva en el último tiempo. Habrá que ver cómo funciona el reconocimiento facial de 3D y merece analizar si es un tipo de innovación que el usuario realmente valore al punto de estar dispuesto a pagar casi USD 1.000 por eso (y el resto del combo que ofrece el iPhone X).

Por último, es sabido que Apple, que produce sus equipos en Taiwán y China, vende sus teléfonos a un valor casi tres veces más que lo que le cuesta fabricarlos. Según un estudio de IHS Market la compañía paga USD 295,44 (USD 288,08 por los componentes y USD7,36 por la manufactura) por cada iPhone 8 Plus fabricado, en tanto que los vende de acuerdo a datos en su página oficial, (desbloqueado y en su versión más básica de 64 GB), a USD 799, sin impuestos incluidos.

Más allá de los análisis y diferentes argumentos en contra, los usuarios de Apple destacan la seguridad del sistema en el que se reportan menores bugs que en Android y que suele ser menos impenetrable a los ataques de malware.

Eso sumado al acostumbramiento al ecosistema cerrado de Apple para algunos es suficiente motivo para mantenerse fiel a la empresa. Los números, sin embargo, dejan en claro que su popularidad va disminuyendo, en un mercado donde la competencia es feroz.