El fin de semana último se realizó en Chaco el 32º Encuentro Nacional de Mujeres. Más de 60 mil, de todo el país, con las más variadas historias y realidades, viajaron a la ciudad de Resistencia para formar parte. Un hecho trascendental, si se consideran los motivos y las fuerzas que movilizan a tantas mujeres a reunirse, pero que pasa a segundo plano cuando un grupo de feministas extremistas, se apoderan del comportamiento violento para manifestarse.
El encuentro contó con 71 talleres diferentes con enfoque de género, que se desarrollaron durante el día, el sábado y el domingo. Paralelamente a los talleres, donde se debatía abiertamente y se moderaba a través de alguna voluntaria, se realizaban otras actividades, deportistas, artísticas y también, marchas. En la Marcha del domingo, que daba cierre al gran encuentro, se repitieron los mismos incidentes que en las marchas de años anteriores, en Rosario y en Mar de Plata: un grupo de mujeres abortistas, extremistas, se desviaron de la marcha y se dirigieron a la Catedral y a la Casa de Gobierno de esa capital, para generar disturbios.
En diálogo con La Mañana, la profesora y escritora Vanessa Makuch, comentó su vivencia en el encuentro y dijo que "el recorrido de la marcha fue desde el acceso a la UNNE, hasta el parque de la Democracia" y que las que generaron los daños en la vía pública, fueron "un grupo de abortistas muy aguerrido, que tienen una especie de ritual de ir a la catedral y manifestarse".
"Se trata de unas pocas, serán 200 de 60 mil que asistimos al encuentro, que sí marchamos de manera pacífica, claro que cantando, denunciando y haciendo grafitis", agregó y aclaró que la quema, que anda circulando por las redes, no era de basura sino de sus mismos corpiños.
Entre las pintadas, se leen frases como "Matá a tu papá, a tu novio, a tu hermano" o "Lesbianas, muerte al macho". Según informaron medios del lugar, la manifestación frente la iglesia comenzó alrededor de las 20. Las mujeres toparon las calles y prendieron una fogata de cara a las vallas, donde quemaron sus corpiños, quedando semidesnudas. Sin embargo el control volvió a las calles, cuando entró a escena una división de Infantería que dispersó el grupo, sumados los bomberos que apagaron el fuego.
Por su parte, Makuch reflexionó: "En nosotras mismas también funciona la dinámica machista de la agresión por la que hemos sufrido por mucho tiempo. Quizá ese es el único modo que tienen de hacerse escuchar. No lo aplaudo, pero tampoco voy a señalar con el dedo. Considero que se trata de una cruza simbólica entre dos grupos muy extremistas, donde se desarrolla esta idea de 'nos han violentado, violentemos para captar la atención".
Concluyendo, señaló que la riqueza del encuentro, está en los talleres, "por su fuerza y poder de transformación" y que es necesario, que las mismas mujeres, reflexionen como parte del sistema del cual son víctimas, y modifiquen los modos de construcción.