En todos los casos, terminaron en la noche previa al festejo principal, con serenatas para recibir de manera festiva y popular la celebración religiosa. 

Pero también fue una fecha clave para seguir trabajando en el mensaje de evangelización a los vecinos y con bautismos en cada una de las capillas. En el Bº El Arco, los vecinos adoptaron desde hace poco más de 20 años, la protección de la figura de María Inmaculada Concepción de Caacupé. Como se sabe, esta advocación está muy ligada al pueblo guaraní y la elección se le atribuye a que justamente eran familias provenientes de Paraguay las residentes en aquel tiempo en ese sector del pueblo. Algunos de ellos tuvieron activa participación en la construcción de la Capilla y hoy siguen siendo fieles devotos que siguen trabajando en favor de la gente a través de la Iglesia. 

A pesar del calor, peregrinaron con la imagen, brindaron un refrigerio a los niños y finalmente hubo una misa comunitaria, oficiada por el Padre Mario Bissaro, de la Parroquia San Antonio de Padua. Durante la procesión, se vieron banderas argentinas y paraguayas peregrinando juntas.