El gobierno de Estados Unidos habilitó una vía administrativa para darle una oportunidad a los importadores de acero y el aluminio a que obtengan una "exclusión" a los aranceles que impuso Donald Trump , pero el proceso puede llegar a tomar hasta 90 días -las tarifas comenzarán a regir antes- y, además, estará abierto a objeciones.
La ventana que abrió el Departamento de Comercio, que dirige Wilbur Ross, busca contener el golpe que le asestará la movida proteccionista de Trump a las empresas norteamericanas que alimentan su producción con acero y aluminio foráneos, muchas de las cuales compran esos insumos fuera Estados Unidos no sólo porque es más barato, sino, también, porque no encuentran la calidad que necesitan en el país.
El anuncio coincidió con la reunión de ministros de finanzas del G-20 en Buenos Aires, que buscaban ensamblar un respaldo político al libro comercio en medio de la preocupación por una guerra comercial desatada por Washington.
Ross prometió que el proceso será "justo y transparente". Pero, según la descripción que ofreció el Departamento de Comercio, también parece que será arduo y difícil.
"Estos procedimientos permitirán a la Administración afinar aún más estas tarifas para garantizar que protejan nuestra seguridad nacional y al mismo tiempo minimizar el impacto indebido en industrias norteamericanas", dijo Ross, según el comunicado que acompañó la medida, difundido el domingo a última hora.
El propio Ross "evaluará las solicitudes de exclusión, teniendo en cuenta las consideraciones de seguridad nacional", indicó el comunicado oficial. Con un poder similar al que supo ejercer en su tiempo Guillermo Moreno, durante el gobierno de Cristina Kirchner, Ross considerará, primero, si el producto en cuestión se produce en los Estados Unidos, y, en casi de que así sea, si tiene una "calidad satisfactoria" o si está disponible en un volumen razonable. Luego decidirá si le da luz verde o no al metal extranjero.
Comercio indicó que sólo podrán presentarse las empresas locales que utilicen como insumos los productos alcanzados por las tarifas de Trump. Para la Argentina, eso implica que, por ahora, la única vía de reclamo habilitada por Washington para que Aluar y el Grupo Techint sigan exportando sin los nuevos aranceles es a través de sus clientes en Estados Unidos.
Ayer, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, renovó el reclamo en la reunión del G-20 , pero Comercio debe aún oficializar el procedimiento para que el Gobierno presente un pedido formal por la Argentina.
En Aluar no creen que esta vía les permita quedar afuera de las tarifas. La esperanza de la aluminera está en la gestión del Gobierno.
Aun si una empresa obtiene una decisión favorable, su reclamo deberá sortear otra barrera. Las decisiones de Ross serán publicadas en el sitio regulations.gov, y luego se abrirá un "período de comentarios" de 30 días. Cualquier persona u organización en los Estados Unidos puede presentar objeciones a las decisiones de Ross. Un proveedor metalúrgico podrá objetar la luz verde al "proporcionar información específica sobre el producto que su compañía puede proporcionar, que sea comparable al producto de acero o aluminio que es objeto de la solicitud de exclusión".
Tanto las "solicitudes de exclusión" como las "presentaciones de objeciones" estarán disponibles para su consulta pública en el sitio regulations.gov.
"El procesamiento de solicitudes de exclusión normalmente no excederá los 90 días, incluida la adjudicación de objeciones presentadas en solicitudes de exclusión", dijo Comercio.