El evento tuvo lugar días atrás en el marco de los homenajes y recordatorios organizados por el "Día Nacional de la Memoria con Verdad y Justicia", y se desarrolló en el amplio y moderno salón de actos del ISFD, sobre calle Fortín Yunká al 1.100. 

Contó con la presencia de las autoridades del instituto, encabezadas por su titular el profesor Antonio Prieto, y un nutrido marco de público conformado en su gran mayoría por alumnos de los niveles secundario y terciario, docentes del establecimiento y referentes de organizaciones de Derechos Humanos.

Durante la ceremonia también honraron a los exministros del Superior Tribunal de Justicia de Formosa, Ramón Ulises Córdova y Héctor Tievas, ambos presentes en el acto, de reconocida trayectoria y compromiso con la Justicia provincial y ampliamente elogiados por sus principios y valores éticos y morales y probado compromiso republicano y con la democracia.

Reconocimientos

El acto dio comienzo con el ingreso del estandarte de la institución portado por las alumnas Lorena Cabrera, Noemí Palomo y Verónica Cardoso. Luego hicieron lo propio con las banderas de la provincia de Formosa y Nacional, respectivamente, llevadas con orgullo por las alumnas Flavia Coronel, Mariana Sánchez y Silvana Lezcano, y milagros Canesín, Melisa Figueredo y Nancy Beatriz Cropanise.

Tras entonarse los himnos Nacional Argentino y Marcha a Formosa, se dio lectura a la disposición 58/18 referida al acto-homenaje, y a su término se escuchó una breve reseña sobre la historia de vida de Juan Alberto Benítez, describiendo su paso por la Escuela 19, donde hoy funciona el ISFD, los estudios universitarios iniciados en La Plata; su secuestro y desaparición tras el golpe militar de 1976, el hallazgo e identificación de sus restos cuatro décadas más tarde y el traslado y sepultura en el cementerio "Virgen del Carmen".

Este fue un momento muy emotivo del acto, reflejado en el unánime reconocimiento de la numerosa concurrencia que colmó las amplias instalaciones. Para coronar el homenaje, la regente del Profesorado de Economía entregó un presente floral a la señora Teresa de Jesús Benítez, unica hermana de Juan Alberto Benítez.

En este marco, se dio lectura a la nómina de desaparecidos en Formosa entre los años 1976 y 1983.

Luego, en la misma sintonía rindieron homenaje a los exjueces Ramón Ulises Córdova y Héctor Tievas. El primero de ellos distinguido por haber renunciado a su cargo de presidente del STJ al producirse el golpe militar de 1976, negándose a jurar por los estatutos de la dictadura, además de llevar adelante una destacada trayectoria dentro de la Justicia, caracterizada por su honradez, ética y capacidad. El director de la casa de estudios, profesor Antonio H. Prieto entregó al doctor Córdova una placa de reconocimiento, estrechándose ambos en un fuerte abrazo ante el cerrado aplauso del calificado auditorio.

Coherencia

Otro momento importante del sensible acto fue la presentación del libro "Elogio de la coherencia", realizado por su autor, el presidente del STJ, Ariel Gustavo Coll, quien a través de las páginas de la obra cuenta la vida de su colega y entrañable amigo, Héctor Tievas, destacando entre su principales virtudes, el ejemplo demostrado como hombre comprometido con la Justicia, la democracia y los Derechos Humanos.

El doctor Coll hizo la presentación de su libro y fue contando los pasajes más salientes del texto, y a la hora de describir y definir a su protagonista, Héctor Tievas, no ahorró elogios ni conceptos, invitando a seguir su ejemplo de ética republicana y modelo de juez austero, ecuánime, estudioso, que supo pararse ante la adversidad y llevar adelante una historia de vida signada por la coherencia cimentada en valores y principios dignos de emular.
Durante la dictadura militar, el doctor Tievas, siendo juez de la provincia fue secuestrado, encarcelado y torturado, sufriendo todo tipo de tormentos en los meses que duró su confinamiento. A la par, varios empleados judiciales de aquella época también soportaron el mismo calvario, algunos de los cuales aún a la fecha continúan desaparecidos.

En reconocimiento, el profesor Prieto entregó al doctor Tievas una placa recordatoria en nombre de la comunidad educativa del ISFD "Félix Atilio Cabrera", destacando su ejemplo de ética y convicciones; atributos que fueron ratificados por varios de los presentes que al hacer uso de la palabra tributaron con enjundiosos conceptos la vida del exmagistrado.

El acto siguió con más reconocimientos. La coordinadora del Profesorado de Ciencias de la Educación hizo entrega de un presente al doctor Coll por su colaboración con el ISFD al aceptar presentar su libro en esa casa de estudios, en tanto la profesora Luisa González de Prieto ofrendó un arreglo floral a la señora Ana Marta Vitelli de Tievas, valorando su entereza y sacrificio como sostén de su hogar durante el cautiverio de su esposo.

En el tramo final de la ceremonia alumnos del Departamento de Educación Secundaria del Instituto, bajo la conducción del profesor Pablo Allende, interpretaron canciones alusivas a la fecha, invitándose a reflexionar para que nunca más nuestro país vuelva a transitar el camino de la violencia, la tortura, el saqueo y la muerte como única forma de expresión.

Estuvo desaparecido 37 años

Juan Alberto Benítez nació en Formosa en el año 1950. Transitó su niñez y adolescencia en el barrio Don Bosco y por la proximidad con su vivienda, cursó sus estudios primarios en la Escuela Nacional N° 19 "Benjamín Zorrilla", que por entonces ocupaba el predio donde hoy funciona el Instituto "Félix Atilio Cabrera".

Benítez egresó de la Escuela Nacional de Educación Técnica N°1 como Técnico Electromecánico y luego cursó la carrera de Ingeniería Electromecánica en la Universidad Nacional de La Plata, donde al mismo tiempo militaba junto a miles de jóvenes en las filas de la Juventud Peronista.
En 1977, luego de cumplir con el servicio militar obligatorio fue detenido, torturado, fusilado y desaparecido sin que sus restos fueran encontrados durante 37 años, hasta el año 2014, en que el equipo de Antropología Forense los encontró en una fosa común, cotejó los mismos con el ADN de familiares hasta comprobar su identidad.

Sus restos fueron devueltos a su familia y descansan ahora en un cementerio local, junto a sus padres, que murieron sin conocer su destino.