El obispo diocesano, monseñor José Vicente Conejero, calificó como "un mal grave" a los casos de abusos cometidos por sacerdotes de la Iglesia, recordó la postura de "tolerancia cero" del Vaticano ante este delito y reconoció que estos hechos están ocasionando que se pierdan muchos fieles.
"Es un mal grave, no cabe la menor duda, sobre todo cuando estos delitos se cometen contra personas menores o con discapacidad, porque la gravedad aumenta", subrayó en diálogo con
La Mañana.
En este sentido, evitó opinar en lo puramente judicial sobre la pena de 25 años al cura entrerriano Justo Ilarraz por abusos contra niños en un seminario, pero trajo a colación la lectura del Evangelio de ayer. En el pasaje bíblico "la actitud de Jesús es muy severa: dice que los escándalos son inevitables, pero 'ay de aquel que los cometa contra los niños, los más inocentes: más le valdría que se atara una piedra de molino y se arrojara al mar'".
El pastor de la Iglesia formoseña lamentó que estadísticas recientes hayan revelado que la institución "perdió adherentes por este tema", recordando también la situación actual en Chile, donde más de 30 obispos pusieron a disposición del Papa su renuncia ante las denuncias por abuso en las diócesis de ese país.
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