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Tentaciones

Una columna de opinión de Benjamín Fernández Bogado



Las mansiones presidenciales de los antiguos tiranos son hoy en muchos casos atracciones turísticas y sirven de lección para que tanto gobernantes como gobernados entiendan la finitud del poder. Una visita al antiguo bunker de los Somoza en Managua muestra incluso las celdas de los felinos que la familia que gobernó esa sufriente nación centroamericana exhibía con placer. Las dachas de los gobernantes soviéticos, la casa de Ceaucescu en Rumania, todas reflejan el deseo que la ostentación de esos espacios aísle mucho más al tirano de la situación de su pueblo.

Bolivia, con 40% de gente pobre, tiene desde esta semana un lujoso edificio de 28 pisos como residencia de Evo Morales, quien llegó a caballo de la reivindicación de su pasado en pobreza y como contestación a los ricos cuyo poder encarnaba Sánchez de Losada. Con esta ostentosa residencia -con un costo superior a los 40 millones de dólares- claramente su oposición tenía más que ver con la falta de oportunidades que a una sostenida posición contraria al boato y al lujo pero sin compromiso en la búsqueda de la equidad y la reducción drástica de la pobreza como requerían los tiempos.

La casa de Evo es la continuación del modelo de gobierno al que parecen adecuarse todos independientemente de su afinidad ideológica. Vivir como un rey en medio de famélicos y desplazados sólo pre anuncian más conflictos sociales y políticos y debe ser contestada con una vocación de servicio que encuentre en la austeridad y la decencia sus sostenes capitales. En el piso 26, donde estarán los aposentos del líder populista en un espacio superior a los 1.000 metros cuadrados, varias de las vistas dan a las zonas más empobrecidas de la capital boliviana. No es sólo un choque arquitectónico es algo peor: una obscenidad. Más arriba de sus aposentos estarán los sitios de esparcimiento con jacuzzis y gimnasio que sólo sirven para ostentar lo mismo que se había opuesto violentamente antes de alcanzar el poder. ¿Qué pensará en esos lugares Evo Morales? Sólo su conciencia puede emerger como juez en un país donde la Justicia le ha dado una nueva posibilidad de ser presidente en el 2019 a pesar del voto en contrario en el referéndum convocado por el gobierno.

Han pasado 12 años y los números negativos de Bolivia continúan. Su mayor éxito ha sido quizá acabar con las opciones que pueden contestarle el poder desde las marquesinas del establishment político, solo que ahora él representa la figura central de ellos y sólo el pueblo podrá hacer generar un liderazgo alternativo.

De momento, desde el fastuoso edificio que sustituye a la "ratonera" de la residencia anterior según el mismo Evo Morales, lo único que se mantiene vigente es el agudo contraste entre el poder y las necesidades de la gente y eso excede el origen racial, el color de la piel o el partido político. Eso tiene que ver con principios insostenibles para líderes que han traicionado su discurso y su compromiso y han sucumbido a las tentaciones. Sólo les queda meditar desde la jacuzzi el futuro suyo y de su país. Lamentable.



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