Frente a un suceso donde nos hemos sentidos engañados, abusados, humillados, estafados, avasallados, ofendidos, manoseados, expectativas frustradas por lo que no fue, o fue como no queríamos que sea, el resentimiento aparece, con el paso del tiempo quedamos atrapados en la emoción del re-sentir, experimentando una y otra vez esa emoción, generada por una experiencia que creó una herida profunda, que ocasiona sufrimiento en nuestro ser. Desde el resentimiento se vive con sensación de angustia, poca perspectiva, imposibilidad de ser y de realización, impedidos de captar lo valioso de uno, otros, o encontrar el gusto a la vida.

Cuando siento que perdí un valor, sufro. ¿Qué relación tenemos con nosotros a partir de esa herida que duele? 

La vivencia del dolor, resiente, duele ese hecho que ya pasó, sigo sintiendo como si fuera hoy, cargo la vida y me pesa.

¿Vivimos re-sentidos? volvemos a sentir como si fuera hoy lo que pasó. Lamentablemente tenemos alguna herida oculta en el alma, o hemos herido a otros.

Para recuperarnos el primer paso es el darse cuenta, reconocer que hemos sido lastimados, o lastimamos.

Las emociones =emotion= energía para la acción, traen información específica con señales acerca de lo que se está interpretando de los hechos.
Decodificar las emociones, entender que cuentan, para luego actuar con acierto. ¡No hay que reprimirlas, sí escucharlas, entenderlas, atenderlas!
Las emociones son de supervivencia.

Ej.: El amor es una energía magnética expansiva orientada a la vida, el miedo habla de peligros, amenazas que atenten contra mi/la vida, el odio, la rabia, la ira, enojo son variantes que expresan la necesidad de poner límites porque alguien, algo vulneró el área privada o valores personales; la culpa, emoción toxica, que nos toma de rehenes, habla de carencia, deuda, déficit, lo que hagas es poco, nada es suficiente, debería ¿haber hecho algo más?, la culpa no existe, sólo existe el error y se puede recalcular o intentar reparar, la vergüenza, sentimiento de incomodidad, de pérdida de dignidad causada por alguna falta, de no merecimiento de aprecio o valoración, la violencia es la ira fuera de control. El desánimo, ya no hay motivación, invita al cambio. 

Las emociones productos de un dolor generan herida o huella, depende de la elección de cada uno.

La consciencia espiritual, la voz interior, una voluntad con sentido, invita al perdón, que es "EL" recurso sanador que permite transformar una herida en una huella.

Con la herida estoy en atrapada en prisión emocional negativa, no puedo ser feliz. 

 
En cambio, la huella abre, expande posibilidades creativas de resolución, realización de sentido.

El segundo paso es tomar la decisión de perdonar/me, liberar, dejar de ser o tener de rehén al ofensor, es dar por cerrado el círculo, abriendo nuevas posibilidades me trasciendo. Perdonar no es olvidar. Es haber aprendido algo, es recordar sin dolor. Perdonar es un acto voluntario, una decisión, de ser y dar respuesta libremente, adoptando una actitud proactiva frente al agresor.

Perdón PER=por encima, DONARE=entregar, regalo, algo que es dado, "por encima de". Dar la bienvenida a la Reconciliación, Re=reiteración, Conciliare= volver a unir. Reconstruir, reunir a su estado anterior.

¿Cómo es el proceso del perdón? Es espacio donde la persona se permite tocar el dolor, la tristeza, la soledad, el abandono, la indigencia, el propio errar en su vida, etc. y la manera en que se da esto en su relación con un otro, dándose una oportunidad más para abrirse y decir sí a la vida.

Clarificar, mirar, reconocer, sentir, auto descubrirse ante la realidad. Crisis que va cobrando consciencia de quien se es, convirtiéndose en un ser humano más humano, pasando a otro estadio de mayor elaboración, madurez, responsabilidad y compromiso.

¿Seguir resintiendo, hasta cuándo? ¿A qué costo? ¿Cómo seguir? ¡Sé feliz y camina liviano!