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FARC: 31 ex comandantes son indagados en la Justicia por 8.163 secuestros

Hasta la firma de la paz en 2016, la Fiscalía registró esa cantidad, aunque algunas organizaciones estiran la cifra hasta los 40 mil. El reconocido anfitrión de la televisión colombiana, Alfonso Lizarazo, contó a Infobae el drama de su retención en campamentos de la guerrilla



Pese a las sabidas tomas guerrilleras en las carreteras del territorio nacional, nada pareció extraño para el elenco de 'Sábados Felices' en la retención de la caravana en la que se desplazaban por la vía que conduce de Florida a Palmira, en el Valle del Cauca. Hasta que llegaron al aeropuerto y su director, Alfonso Lizarazo, no estaba. El reconocido presentador de la televisión colombiana, ya retirado, fue uno de los 8.163 secuestrados por las FARC hasta la firma de la paz en 2016, según cifras de la Fiscalía; el primer delito por el que comparecen los ex comandantes.

Los 15 artistas habían llegado al municipio de Florida para inaugurar con un partido de fútbol un colegio de la campaña 'Lleva una escuelita en el corazón', que llevaba a cabo el programa humorístico en todo el país. El partido culminó con éxito, y el regreso a Bogotá sería al día siguiente para continuar grabaciones programadas. Era 14 de noviembre de 1994, para entonces Lizarazo era el 'rey del raiting', lo que significó para los guerrilleros una especie de medio para llegar al presidente.

Alfonso Lizarazo fue durante 25 años el director del programa 'Sábados Felices' -de 1972 a 1998-, entonces el más visto por los colombianos, que aun hoy sigue su trasmisión. Ya era reconocido por sus locuciones en radio, pero el éxito de televisión lo catapultó como uno de los presentadores más importantes del país. Lo que más adelante le daría la oportunidad de ser senador de la República, cuando fue elegido por voto popular.

Equipo de fútbol del elenco de Sábados Felices que recorría el país para inaugurar escuelas.
Equipo de fútbol del elenco de Sábados Felices que recorría el país para inaugurar escuelas.

El día de su secuestro los guerrilleros que portaban fusiles y subametralladoras miraron desde afuera el interior del Mazda Rojo 626 L en el que Lizarazo iba junto a cuatro personas. Se miraban, comentaban entre ellos, hasta que obligaron al carro a desviarse hacia las montañas, mientras el bus de Expreso Florida, en el que se transportaba el resto del elenco, seguía su rumbo. "No nos percatamos en ese momento de lo que pasaba", dijo el presentador.

Todo empezó cuando obligaron a bajar del carro a todos los pasajeros y los montaron en un Nissan azul con destino desconocido. "Nadie quiso decir para dónde nos llevaban, solo que estábamos secuestrados y debíamos seguir sus órdenes". Terminaron en un improvisado campamento en medio de la selva, del VI frente de las FARC, hasta entonces desconocido; más adelante se sabría que era un grupo formado por disidentes del desmovilizado M-19.

"Cuando llegamos al campamento nos dieron unos chalecos antibalas que no podíamos quitarnos. Con eso caminábamos por trochas, y en unas casitas que quedaban por ahí nos metían a dormir en el piso. Ahí, los campesinos nos daban comida, o ellos mismos (guerrilleros) mataban una gallina y les obligaban (a los campesinos) a preparar algo". A Lizarazo no le gusta hablar mucho del episodio que cataloga como "la peor pesadilla de mi vida".

El presentador retirado y exsenador Alfonso Lizarazo cuando era director del programa humorístico Sábados Felices.
El presentador retirado y exsenador Alfonso Lizarazo cuando era director del programa humorístico Sábados Felices.

Pensaba que lo iban a matar, porque al llegar le dijeron que sería el "tiro al blanco". Por eso expresa que, dentro de todo, lo trataron bien: lo dejaron con vida. Cuando le avisaron que se iba no lo podía creer, habían pasado cinco eternos días. Solo fue una 'paloma mensajera'. Sabiendo de su influencia, la insurgencia envió con él una carta al entonces presidente Ernesto Samper.

Su secuestro se dio unos días antes de que se cumpliera el plazo de 100 días fijado por el gobierno para evaluar la situación de orden público y la posibilidad de establecer una negociación de paz con la guerrilla. El informe sería presentado por el Alto Comisionado para la Paz, Carlos Holmes Trujillo. Y solo unas horas antes de la exposición pública, liberan a Alfonso Lizarazo, quien llevaba una carta dirigida a Samper donde le solicitan la integración de una comisión tripartita en los acuerdos (que nunca se dieron), conformada por sector público, privado y campesinos.

Primer delito a comparecer

Alfonso Lizarazo fue uno de los 8.163 secuestrados de las FARC registrados por la Fiscalía hasta la firma del Acuerdo de Paz en 2016. Aunque la cifra puede ser irrisoria frente a otras estimaciones de organizaciones de derechos humanos que hablan de unos 40.000 casos. Durante la época de su retención, la ex guerrilla estaba en auge, fue justo entre 1994 y 2005 el tiempo en el que este delito se incrementó (82% del total) junto a su expansión militar.

Ingrid Betancourt durante el cautiverio en la selva, después de ser secuestrada en 2002 cuando se dirigía a la zona de distensión establecida por el entonces presidente Andrés Pastrana con el fin de realizar conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC.
Ingrid Betancourt durante el cautiverio en la selva, después de ser secuestrada en 2002 cuando se dirigía a la zona de distensión establecida por el entonces presidente Andrés Pastrana con el fin de realizar conversaciones de paz con la guerrilla de las FARC.

La mayoría de los secuestros fueron con fines extorsivos (56%), pero hubo otros motivos como control social y territorial, por canje y por objetivos políticos, como fue el caso de Lizarazo. Por esta tendencia las víctimas no distinguieron de edades ni estratos. Y el delito se convirtió en la carta de presentación de la guerrilla; bien es recordada la imagen que le dio la vuelta al mundo de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, con el cabello largo y mirada caída, quien estuvo retenida durante más de seis años.

El caso más antiguo conocido fue en 1977, pero para los registros históricos de varias ONG data desde la década de los 60. "La cifra de impunidad es alta por los problemas del recaudo de las pruebas", aclaró el fiscal general, Néstor Humberto Martínez. Por la alta incidencia del delito, que quedó prohibido en 2012 por la insurgencia, cuando iniciaba la primera fase de las negociaciones de paz, es el primero por el que deben comparecer los guerrilleros ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Para ello, la Fiscalía entregó a los magistrados de la JEP un informe en el que 31 excomandantes de las FARC están directamente relacionados con los secuestros. "También plasma los tratos inhumanos a las víctimas, cuyo derecho a la libertad se les llegó a conculcar por varios lustros. La documentación de este crimen habrá de contribuir a hacer justicia y, por supuesto, a recrear en la memoria colectiva de la nación", manifestó Martínez.

El 13 de julio pasado la cúpula de la FARC fue citada ante la JEP, por primera vez se sometieron formalmente a la justicia colombiana para contar la verdad de lo que se llamó el caso No. 001. El histórico día estuvo encabezado por el jefe del ahora partido, Rodrigo Londoño, alias Timochenko. También llegaron Carlos Lozada y Pablo Catatumbo. Jesús Santrich se presentó por video conferencia desde la cárcel la Picota, donde está recluido por acusaciones de narcotráfico, alegando que el fiscal Martínez no le permitió ir en persona por un "capricho".

Como protesta por la situación de Santrich, los ex comandantes Iván Márquez y Hernán Darío Velásquez, alias el Paisa, se recluyeron en la vereda Miravalle de San Vicente del Caguán (una de las zonas de distención) por "razones de seguridad", y desde allí dieron potestad jurídica a sus abogados para presentarse en sus nombres. Lo mismo hicieron los otros 25 líderes guerrilleros citados a la audiencia.

Con esta convocatoria se dio apertura al proceso, en el que les notificaron a los acusados los reportes que tiene la JEP sobre los cuales estudiará las responsabilidades y posteriores condenas. Según la información, el delito recae sobre 4.314 exmiembros de las FARC, que deberán contar la verdad sobre cada caso, de lo contrario de expondrían a penas de hasta 20 años de privación de libertad. Asimismo, deberán declarar sobre una lista de personas que aún están desaparecidas y se presume fueron raptadas por la insurgencia.

Con el material probatorio en manos de las dos partes del proceso jurídico, los ex guerrilleros podrán preparar su defensa para la rendición de sus versiones voluntarias frente a las víctimas, y deberán proporcionar datos específicos sobre los lugares donde se encuentran los restos de los desaparecidos. Recién entonces se conocerán las reales intenciones de paz de la desmovilizada organización armada, aunque la inasistencia de la mayoría de sus líderes en el primer llamado ha bajado la credibilidad ante la opinión pública.

Fuente: www.infobae.com
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