Al ver actuar a jueces y fiscales con libertad, los corruptos o sus defensores intentan confundir y difaman impunemente al Gobierno y los magistrados judiciales, imputándoles acciones legales contra la sociedad, cuando lo que sucede es que simplemente hacen su trabajo destinado a que se descubran ilícitos y se aclaren situaciones que dormían cajoneadas, hasta lograr su prescripción. Lejos de calumniar a jueces por investigar hechos de corrupción que salen a la luz, hay que felicitarlos porque honran a la Justicia, ya que actúan cumpliendo su mandato y buscan corregir y sancionar a tiempo. Es indispensable que la Justicia actúe con celeridad e idoneidad.
Son muchos los argentinos esperanzados con el cambio prometido de eficiencia en la administración del Estado, producto de la honestidad, transparencia, reinstauración de los controles de gestión y una Justicia independiente y oportuna.
La riqueza generada por la producción de bienes y servicios es coparticipada en función de la contribución de los factores intervinientes. Es por ello que surgen parámetros fiscales cuya finalidad es morigerar la situación de los pobres y con tal motivo aumentan la contribución de aquellos que más pueden.
Los impuestos tienen como finalidad solventar la gestión del Estado, no la de enriquecer a funcionarios y políticos. La corrupción es el peor de los males, es por ello que debe cuidarse la salud de la política, restableciendo controles de gestión y apoyar la mejor labor de la Justicia para sancionar y corregir.
La corrupción instalada como un sistema mafioso dañó al país y produjo una crisis moral como consecuencia de la codicia de líderes políticos que traicionaron a su mandato y las banderas políticas que decían sostener.
La política es el arte de administrar el Estado y las relaciones sociales de una Nación. Un sistema político que defiende la democracia tolera disensos, en la convicción de que la unión y el desarrollo económico y social son posibles. Sin embargo, no hay gobierno inmune al ataque intolerante de la oposición política, corporaciones financieras o sindicales, quienes tienen poder y medios para crear problemas, incluidos disturbios, al tiempo que promueven zozobra creando incertidumbre, temores, trabando la gestión y profundizando divisiones.
La impunidad a la corrupción en los actos del gobierno configura un lastre muy pesado, producto de la falta de controles de gestión y la instauración de una Justicia "legítima" en lugar de la legal. Justicia eficiente es aquella que sanciona y corrige oportunamente desvíos y delitos.
Es malo que el sistema político económico soporte altos costos en la obra o los servicios públicos como producto de la corrupción, tan denunciada como ignorada. La sociedad se agravia por el alto costo de una insuficiente o ineficiente administración pública, para cuyo sostenimiento no hay bolsillo de contribuyente que alcance. Los vicios de corrupción se instalan en nichos casi invisibles, pero crean un agujero negro en las finanzas que puede hacer naufragar el país con la gente adentro.
La ciencia y la política tienen un desafío enorme para superar las crisis de energía, de transportes, de inclusión social. Años en los que se dejó de lado la virtud y vicios que dejaron sus huellas en las aulas. Es preciso tener presente a la Justicia idónea y la educación como fortalezas de una sociedad que busca superarse.
CPN Angel Luis Bigatti