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Afirman que en lo que va del año, hubo subas en alimentos que llegan hasta el 70%

La profesora María Julia Eliosoff, especialista en Economía Feminista, aseguró que existe una "feminización" de la pobreza, porque el "ajuste" que propone la Nación afecta a las familias y a las mujeres, que tienen un rol fundamental en los grupos familiares



En diálogo exclusivo con La Mañana, María Julia Eliosoff, licenciada en Economía por la Universidad Nacional del Sur, docente de la cátedra Economía y Género de la Universidad de Buenos Aires e integrante del espacio de Economía Feminista de la Sociedad de Economía Crítica, remarcó que en el escenario actual de crisis económica, fiscal y financiera, los sectores más populares y vulnerables de la sociedad se ven afectados y ciertos sectores financieros son beneficiados.

Asimismo, la especialista dijo que
de acuerdo a varios relevamientos, los aumentos de precios se registran principalmente en los niveles de consumo primario, con incrementos en los valores finales de la harina, el arroz y las frutas y verduras de primera necesidad. En esta línea, alertó que los alimentos subieron de manera exponencial en lo que va de 2018. "De diciembre a agosto de este año, hubo aumentos de entre un 60 y un 70%. Son datos bastante diferentes a los que se publican en el Instituto Nacional de Estadística y Censos", denunció la profesional.

Por ello,
Eliosoff subrayó que las autoridades deben aplicar políticas de redistribución del ingreso, como aumentar los ingresos de emergencia para los sectores más vulnerables. "El impacto de la devaluación arrastra a la pobreza y a la indigencia a una gran cantidad de personas", advirtió.

"En un momento de crisis, hay que fijar prioridades a la hora de repartir los recursos, y lograr que los sectores populares dejen de pagar los costos. A su vez, hay que establecer tipos de cambio diferenciales del dólar: que la cotización no sea la misma para importar bienes de capital para desarrollar la industria nacional que para los exportadores de granos. En este marco, las retenciones en pesos a los productos agropecuarios exportables que anunció el Gobierno nacional son muy poco sustantivas en términos de recaudación. Se promueve que los exportadores sigan especulando con la liquidación de su producción", agregó.

"Los sectores con ingresos más bajos destinan la mayor parte de sus haberes al consumo de los productos de la Canasta Básica, y los aumentos que se registran en estos artículos son automáticamente absorbidos por estas familias. En cambio, en aquellas personas de clase media que tienen mayores ingresos y cierta capacidad de ahorro, el impacto es algo menor, porque pueden consumir lo mismo que antes y el 'ajuste' se efectúa reduciendo gastos que no son esenciales", expuso la licenciada.

"El traslado de la devaluación del peso a los precios finales termina impactando de forma directa en los ingresos reales, en el poder adquisitivo de las personas asalariadas o que perciben planes sociales. En términos de género, vemos una 'feminización' de la pobreza: las mujeres, en general, están sobrerrepresentadas en los sectores más vulnerables, y son las principales destinatarias de la asistencia social en términos de derechos adquiridos. Por lo tanto, la crisis impacta de mayor forma en este grupo social", explicó Eliosoff a este diario.

"Cuando el Estado se 'achica' en materia de políticas públicas y sociales, destinando menos recursos a educación, salud y a los comedores, las personas que sostienen esa falta de recursos públicos son las familias; y al interior de los grupos familiares, las mujeres", reveló.

"Como indica la economista Corina Rodríguez Enríquez, existe una distribución social de los cuidados, donde los cuidados de la vida se reparten en cuatro puntos: el Estado, que provee a la sociedad servicios básicos en temas como educación y salud; el mercado, porque uno puede adquirir comidas elaboradas, por ejemplo; la comunidad, porque en los sectores populares las vecinas se organizan para crear comedores comunitarios; y las familias, donde se centraliza la mayor cantidad de cuidados", manifestó.

"Hay numerosos datos que indican que dentro de las familias, las mujeres son quienes se encargan de la mayoría de los cuidados, y dedican el doble del tiempo que los varones a tareas no remuneradas, como labores domésticas o de atención de otras personas, a las cuales deben destinar más horas, dejando de lado el tiempo dedicado al cuidado propio", especificó Eliosoff.


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