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El poder de la mirada transformadora

Una columna de opinión de Tona Galvaliz



Las cosas no son como son, son como las observamos.

Quiere decir que nada es verdad, nada es mentira, todo es cuestión del cristal con que se mira, porque a lo que vemos, siempre le conferimos una interpretación, lo bueno, lo malo es una cuestión subjetiva y dependen del tipo de observador que es cada uno.

Comprender esto nos para en un lugar de mayor libertad que trae un mundo diferente lleno de posibilidades que ahorrará enfermedades, discusiones, sinsabores, desengaños, etc.

Todos tenemos diferentes perspectivas acerca de un mismo hecho y esto es así porque nuestra experiencia está filtrada por nuestro particular sistema de creencias y teñido por nuestros modelos mentales, aprendidos en la familia, el colegio, la comunidad y cultura a la que pertenecemos.

La manera en que observamos el mundo, las cosas, los hechos, a las personas o a nosotros mismos, influyen en la manera en que actuamos y sentimos.

Si estás sintiéndote infeliz, insatisfecho, angustiado o amargado, etc.; es necesario cambiar la manera que estás teniendo al momento de observar y de interpretar los hechos en las cuestiones que la vida presenta, intenta poder ver lo positivo, lo bueno, lo que suma, eso va a facilitar que tus respuestas y acciones diarias sean de posibilidad.

Gráfico: 

observador ? acción ? resultados


Cuando cambiamos la manera de ver las cosas, las cosas cambian de manera.

Un proverbio chino dice: "Nada ha cambiado. Solo YO he cambiado. Por lo tanto, todo ha cambiado".

Cuando se refiere a "YO he cambiado" habla del observador personal. 

Cómo miro, cuando observo. Qué y cómo pienso, cuando pienso.

Si no estás conforme ni satisfecho con los resultados o acciones logradas, el cambio transformador se consigue cuando se modifica la manera en que se piensa y observa.

¿Cuál es el punto?
Todo es limpio para los de limpia mirada y todo es sucio, torcido para los de torcida, sucia mirada, las acciones serán de acuerdo y consecuentes con el mirar.


Posiblemente alguno de los que lee esta nota esté atravesando momentos de infelicidad, de insatisfacción, de desesperanza.

La vida no es perfecta, pero enseña, sobre todo para quien encuentre la perla preciosa en esa situación de adversidad y al asimilar la lección, se descubre la famosa perla. 

Es natural tener alguna historia de dolor, de fracaso, de desilusión, de decepción, de trauma, de enfermedad, pero ellos son nuestros mejores maestros, siempre se aprende en la incomodidad y no en la zona de confort.

Cuando se habla de libertad, poder ser libre "de" todo aquello que condiciona, es ser libre de las causas de infelicidad, malestar, angustia, dolor, enfermedad, limitaciones, por otro lado, hablar de poder ser libre "para" es encontrar un propósito o razón en esa acción, es la respuesta que decido dar en relación a la "nueva mirada transformadora".

¡Elige ser un observador empoderado! 

La vida es lo que hacemos de ella.

El poder está en vos y no en las situaciones o en los demás.

¡La vida es ahora! Por eso te invito a mirar los hechos de tu vida, enfocándote con nuevos ojos, con una nueva mirada que transforme tus acciones, resultados y frente a esos hechos condicionantes y fácticos, puedas lograr lo que te propongas para alcanzar una vida en paz y feliz.

¿Qué situaciones de tu vida podrías revisar en este momento? 

¿Qué realidades actualmente te incomodan, no te traen paz, duelen, te alteran? ¿Con qué nuevos ojos, nueva mirada, observarías los mismos, para generar un cambio transformador?

Encontrando la perla preciosa

¿Qué nueva interpretación harías a esa realidad que te duele?

¿Qué aspectos de tu vida no te gustan, qué valor o beneficio puedes encontrar en ellos? 
 
¿Qué vínculos poco sanos tienes con esa persona en particular, cómo podrías convertirlo en una relación saludable?

¿Qué cambiarías en tu vida que dependa de vos para que sea de tu agrado?

¿Qué limitación personal podrías hoy superar?

¿Qué ya diste por perdido que podrías recuperar?

¿Qué paso aún no has dado que espera aún por vos?

¿Qué sueño aún no cumpliste por miedo o falta de coraje?

¿Qué perdón no ofreciste o tomaste tal vez por orgullo personal?

Recuerda: ¡El poder de decidir y elegir está en tus manos!


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