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Los miedos tóxicos acaban con tus sueños

Una columna de opinión de Tona Galvaliz



Sentir miedo es natural, todos tenemos miedos, nos cuida, alerta del peligro real o simbólico.

Junto con el amor, es la emoción básica para que vivamos y evolucionemos como especie humana.

Negar tener miedos es una equivocación importante, luchar contra ellos también.

Si tenés miedo, ¡bienvenido! ¡Significa que estás vivo!

Los miedos nos hablan silenciosamente y, generalmente de manera muy exagerada, buscan de muchas maneras alarmarnos.

Pero en lo más profundo, su intención es cuidarnos.

Nos proporcionan una dosis de prudencia, alerta, estarán acompañándonos siempre en todas las facetas de la vida. Por ejemplo: la educación, trabajo, deportes, relaciones, desarrollo personal, hobby, salud, etc.

El miedo es evolutivo, nos preserva de morir real o simbólicamente. A este tipo de miedo lo llamaría miedo sano. Pero existe otro tipo de miedo, miedo tóxico.

Acerco algunos ejemplos de miedos saludables que serían los miedos que nos ayudan a desarrollarnos y crecer. Por ejemplo: miedo a no tener para alimentarme o miedo a carecer de un techo donde protegerme para vivir seguro, miedo a no contar con los recursos económicos para subsistir, miedo a no formar parte de algo que considero importante y a sentirme excluido, miedo a la soledad, miedo a no ser amado y ser rechazado, miedo a la traición, a sufrir engaños, miedo a enfermar o envejecer, lesionarme, a morir, etc. 

Como te darás cuenta, estos miedos responden a necesidades fundamentales de toda persona humana.

Si bien responden a necesidades estos miedos, una clave importante es identificar si estos miedos son fundados o infundados, verdaderos o imaginarios, si son hechos o sólo interpretaciones.


Sin embargo, existe otro tipo de miedo que llamaría miedo toxico. Es destructivo, puede prolongarse de por vida, debemos actuar rápido para ordenarlo porque corremos el riesgo de que se adueñe de nosotros y estaremos permanentemente a la defensiva sin poder fluir. Este no coopera para nada con nuestra evolución, frena nuestro talento, nos roba el sueño, la felicidad, nos vacía de futuro y de cualquier posibilidad, paralizándonos, impidiendo accionar y tomar decisiones poderosas.

¿Cómo podrían ser las conversaciones que tenemos cuando estamos en miedo tóxico? 
 
Por ejemplo: cuidado, mejor que ni lo intentes; te va a salir mal; no sabés; no podés; olvidate; no sos valioso; no sos importante; sos nadie; no sos lindo; mirate, ¿viste tu nariz, tu cuerpo, tu cara?; sos deforme; ojo, cuidado; no sos merecedor de nada bueno; tenés que estar complaciendo a todo el mundo y lo que hagas es poco; confórmate con lo que hay, no intentes cambiar nada; nací para ser perdedor; no estás a la altura de las circunstancias; perdiste, ya fue tu oportunidad; etc.

Tomar conciencia y aceptar los miedos es un acierto. Ignorarlos, negarlos o luchar contra ellos es un grave error.

A los miedos hay que identificarlos, entenderlos, decodificarlos, agradecerles y gestionarlos.


¿Qué diferencia hay entre el miedo sano y el tóxico? 

El miedo es el mismo, la diferencia es el efecto que causa en nosotros.

El miedo sano dura poco y, de acuerdo a una situación en particular, te convierte en persona prudente y cuidadosa. Pero no detiene tu accionar, te hace estar más enfocado, durante el desempeño, se hace presente acompañándote a la hora de decidir, hacer algo relevante, importante, trascendente o no, pero de a poco va desapareciendo, diluyéndose con los pasos que vamos dando.

El miedo tóxico es duradero, deforma nuestra percepción distorsionando cómo entendemos y vemos las cosas, asesinando nuestros sueños y deseos más profundos; es una vacuna venenosa paralizadora que va matando nuestras posibilidades, capacidades, nuestro poder de decidir y elegir; como un vampiro nos va consumiendo la energía del amor, del disfrute, de celebración, la osadía, el coraje, el valor, etc.

El miedo siempre estará presente en nuestra vida, la clave es identificar qué tipo de miedo es.
Y me despido con una pregunta: ¿De qué te estás perdiendo por escuchar ese miedo?
¿Qué sueño o acción pendiente te gustaría realizar? Si no es ahora, ¿cuándo?



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