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Menor acusado de asesinar a Lucy Juárez fue procesado y será alojado en la Alcaidía de Varones

Por su adicción a las drogas, el joven está internado en una clínica en Misiones, pero ahora será trasladado a Formosa y privado de libertad por orden del juez Enrique Javier Guillen



CRIMEN


El juez de Instrucción y Correccional Nº 3 de Formosa, Enrique Javier Guillen, procesó con prisión preventiva al joven que está sindicado como autor material del brutal homicidio de la odontóloga Lucía del Carmen Juárez, consumado el 14 de febrero de hace dos años en la casa de la víctima, ubicada en el pasaje Estrada entre avenida 25 de Mayo y José María Uriburu de esta capital.

El magistrado tomó esta determinación calificando la conducta del acusado en orden a los delitos de homicidio cometido para consumar otro delito, en concurso ideal con robo a mano armada y concurso real con incendio doloso, disponiendo su inmediato traslado desde la clínica donde actualmente está internado por su adicción a las drogas, en la ciudad de Misiones, hasta esta capital para su alojamiento provisional en la Unidad Penitenciaria Provincial Nº 1, en un lugar acorde y especial a la psicopatología que presenta y con las atenciones médicas y la debida custodia, hasta tanto se disponga -si resultare pertinente- su alojamiento en otro sitio o nosocomio.


Un caso aberrante

La profusa investigación judicial llevada adelante por el doctor Guillen permitió concluir provisoriamente, que el día 14 de febrero del año 2016, alrededor de las 7.00 horas aproximadamente, el imputado ingresó a la casa propiedad y residencia de la víctima, Lucía del Carmen Juárez, ubicada en el pasaje Estrada entre avenida 25 de Mayo y José María Uriburu de esta ciudad, con la intención de perpetrar un robo, trepando por un poste para luego subir a un muro medianero, desde donde advirtió que la puerta trasera de la vivienda se encontraba abierta, por lo cual descendió de la muralla e ingresó al interior de la misma donde tomó una computadora tipo notebook que estaba sobre una mesa.

La presencia del menor fue advertida por un perro que ladró y atacó al joven, por lo que éste le propinó al animal varias patadas y golpes.

El ruido hizo que la propietaria, quien resultaría víctima del hecho, notara también la presencia del imputado y se dirigió a él manifestándole que se retire del lugar. En ese contexto y en circunstancias que aún corresponde esclarecer debidamente, el joven ante la resistencia opuesta por la víctima y con la finalidad de consumar el apoderamiento de objetos ajenos, extrajo de la cintura un cuchillo que llevaba consigo, y le propinó a la mujer varios puntazos y cortes principalmente en los brazos, por lo que ella intentó huir dándole la espalda al atacante, pero el agresor siguió acometiéndola con violencia, lo cual provocó la caída de la mujer al piso y estando en el suelo el imputado le siguió propinando sucesivas puñaladas en la zona lumbar, del tórax y también en el cuello y la cabeza, entre otras partes, causándole heridas de tal gravedad que murió desangrada en forma inmediata.

Después recorrió el interior de la casa buscando más bienes, apoderándose de una notebook y de una guitarra criolla que estaban en el living. Luego se dirigió a una mesita de luz de una de las habitaciones y tomó de ahí un teléfono celular.

La parte más macabra continuó después: el acusado tapó el cuerpo de la víctima con un mantel, realizó una inscripción en la pared que decía "luchó por su vida" y más arriba "Macri", y con evidentes intenciones de eliminar los rastros y vestigios del hecho provocó un incendio en la vivienda, para lo cual apiló en dos habitaciones sobre las camas, distintas cosas y enseres y les prendió fuego, incluido el mantel y otras cosas que ubicó cerca del cuerpo de la víctima.

Esto desató un voraz incendio que alcanzó a consumir parte de los bienes que estaban en el interior de la casa y también llegó a varias paredes internas de la vivienda y aberturas, alcanzando inclusive el techo, pero sin que se propague a las casas vecinas, gracias a la acción de los bomberos que fueron alertados por personas que vieron salir humo de la vivienda.

Tras causar el siniestro, el imputado se retiró del lugar por la puerta trasera del garaje que da al pasaje Estrada y tomó la calle José María Uriburu, llevándose consigo los bienes sustraídos.

Caudal probatorio

Al analizar el caso y resolver la situación procesal del acusado, el juez Guillen consideró que el caudal probatorio hasta aquí reunido y agregado válidamente a la causa, resulta suficiente para acreditar con el grado de probabilidad requerido para la presente etapa procesal, la materialidad del hecho atribuido al joven investigado, en las circunstancias de modo, tiempo y lugar descriptas por el relato inicial.

En cuanto a las circunstancias de tiempo, modo y lugar, el juez Guillen sostiene que no existen dudas en este estado de la investigación de que el referido joven pueda ser sindicado como autor del delito que se investiga, principalmente en virtud de un cúmulo considerable de prueba indiciaria en contra del acusado, como la contundente conjetura de que el joven tenía parte de los objetos sustraídos en su poder luego del fallecimiento de la víctima al momento de su detención, además de la confesión prestada al momento de su indagatoria, quien a su vez dio detalles del hecho que coinciden con las demás pruebas incorporadas en la investigación.

En ese sentido -dice el juez-, refuerzan estas conjeturas las actas realizadas en la vivienda de la víctima, de las cuales se desprende entre otros datos, los sitios donde el imputado inició el incendio, la ubicación de la víctima después de su fallecimiento, las escrituras en la pared y las huellas de pisadas que coinciden con la suela del calzado incautado al ahora procesado, que no dejan dudas de su presencia en el lugar de los hechos.

Otra prueba incriminatoria, aunque anterior a los hechos que se investigan, la aportó un testigo clave del caso, quien dijo que estuvo con el imputado horas antes, refiriendo que el mismo estaba borracho y tenía muchas ganas de dirigirse al centro de la ciudad y como él no quiso acompañarlo, el joven se enojó.

Asimismo, las actas e informes realizados por el Cuerpo de Bomberos confirman la hipótesis de que el incendio fue iniciado en varios sitios y con el uso de encendedor o fósforos, tal como lo señaló el joven en su indagatoria; siniestro que por otra parte fue claramente intencional, según los aludidos informes y la propia confesión del procesado.

Sostiene el magistrado que todas estas circunstancias logran confirmar, al menos con el grado de probabilidad necesaria para ésta etapa de la investigación, que el imputado luego de dar muerte a la víctima se apoderó de sus bienes.

En resumen, afirma el juez a cargo de la investigación, el plexo probatorio reseñado constituye un marco suficientemente sólido de indicios que por su coherencia y concordancia, acredita que el hecho ocurrió en la forma referida, más allá de que aún faltan producirse algunas evidencias, entre ellas, la prueba científica de comparación de ADN en las uñas de la víctima.

Respecto a la supuesta inimputabilidad del acusado, el doctor Guillen deja bien en claro que si bien surge de un informe pericial que el muchacho presenta un trastorno disocial de la personalidad y/o trastorno por consumo de sustancias, el mismo comprende la criminalidad de sus actos y pudo dirigir sus acciones, tanto al momento del hecho como cuando fue sometido al referido examen.

Si bien el imputado adujo que toda esa noche y madrugada consumió alcohol y pastillas, la modalidad de la realización del hecho que implicó el ingreso al inmueble trepando un poste y muro medianero, de considerable altura, para luego descender a la vivienda, "revela que el imputado tenía la lucidez y destreza suficientes, propias y compatibles con un adecuado estado de consciencia. De igual modo, las imágenes y filmaciones revelan firmeza en el desplazamiento y además del relato de un testigo se desprende que el presunto autor no se veía afectado, por lo menos notoriamente, de un avanzado estado de ebriedad o drogadicción", remarca el magistrado en la resolución que lleva su firma.

En cuanto a la edad, ha quedado probado con la Partida de Nacimiento rectificada que el presunto autor tenía 16 años al momento del hecho.

Sin apartarse de este cuadro fáctico sustentado por las pruebas obtenidas, el juez Guillen calificó el caso como robo a mano armada y homicidio cometido para consumar otro delito, puesto que el imputado ingresó a la vivienda con claras intenciones de apoderarse de bienes ajenos, pero en el camino se encontró con la resistencia de la víctima, a quien le dio muerte y luego consumó la sustracción de bienes ajenos, tras lo cual prendió fuego a la vivienda en forma intencional para asegurar la impunidad o evitar alguna vinculación con el hecho.

Tras fundamentar la prisión preventiva decretada en la resolución, Guillen advirtió otros indicios de peligrosidad procesal, como por ejemplo, que el acusado se encuentra internado en la Clínica de Salud Mental Sanatorio San Miguel SRL de la ciudad de Posadas hace un buen tiempo, de cuyos sendos informes han comunicado que el joven tiene bajo control de sus impulsos, con reacciones agresivas hacia los otros internos, intentos de fuga y fugas consumadas, lo cual permite conjeturar que en caso de que el acusado consiguiera la libertad, intentará eludir la acción de la Justicia.

Asimismo, dispuso su traslado hasta la ciudad de Formosa, en razón de la necesidad de realizar varias diligencias que exigen su presencia, como la notificación de la presente resolución, la extracción de sangre para el estudio de ADN, entre otras, sin perjuicio de disponerse la continuidad del tratamiento médico y la internación en algún nosocomio local si resultare necesario.


Estremecedora 

confesión de 

un crimen brutal



Al prestar declaración ante el juez que investiga el hecho, el joven hizo un relato frío y estremecedor de la forma en que mató a la conocida profesional.

Contó que el día sábado a las 10 de la noche estaba en un bar con un amigo de nombre P.F.P. con quien se puso a tomar cerveza, aclarando que él había consumido psicofármacos.

Recordó que estaban en un bar que está en la Estación Terminal de Omnibus, donde permanecieron hasta las 1.00 aproximadamente. Agregó que compró una hamburguesa con papas fritas, compartiendo la comida con su amigo y a las 1.30 horas, ambos fueron a un boliche bailable de la avenida Gutnisky donde siguieron consumiendo más alcohol hasta las cuatro de la madrugada. A esa hora, el otro joven quiso robar a un policía Federal y terminó detenido y trasladado en una patrulla hasta una cmisaría.

A partir de ese momento, el acusado se quedó solo y caminó hasta la plaza San Martín, donde volvió a ingerir otra fracción de psicofármaco, completando dos pastillas, luego de lo cual fue por calle José María Uriburu, detrás del supermercado e ingresó al pasillo. Allí trepó por un poste de luz y cruzó las verjas e ingresó a una casa pero como ésta estaba cerrada, se fue a la casa del vecino, pudiendo ver que la puerta estaba abierta, entonces se bajó, aclarando que se raspó la rodilla izquierda. Señaló que ingresó a la casa, donde hay un depósito, allí tomó un cuchillo con mango blanco y se colocó en la cintura, luego de eso ingresó más adentro de la casa y en la parte del living intentó agarrar una notebook, momentos en que empezó a ladrar un perro caniche, aclarando que nunca antes había ingresado a esa casa, era la primera vez. Eran las 5.30 aproximadamente, ya que estaba amaneciendo, y en ese momento vino la dueña de casa y le empezó a agredir verbal y físicamente, entonces el joven sacó el cuchillo y comenzó a hincar en forma sucesiva a la víctima causándole la muerte en forma casi instantánea.

El acusado le contó al juez que esa forma de atacar con cuchillo la había visto en el videojuego GTA San Andrea que se juega en computadora.

Después de eso, agarró la notebook y la guitarra criolla que estaban en living, se fue a la cama, donde había una mesita de luz y sacó de los cajones un teléfono celular.

Relató que después tapó el cuerpo de la señora con un mantel que estaba doblado en una mesita, aclarando que lo hizo porque le impresionó la cantidad de sangre. Luego, usando un encendedor prendió fuego a las dos cortinas de las dos ventanas y al mantel que tapaba al cuerpo. Luego de eso escribió en la pared "luchó por su vida", después, arriba, "Macri", tras lo cual, siendo las 6.00 horas, salió de ahí por la puerta del garaje, tomó la calle José María Uriburu y a media cuadra, donde está la parada de colectivo, subió a un ómnibus de la Línea 80 y se fue a su casa en el barrio El Porvenir, donde enterró el cuchillo en el patio trasero de su vivienda y se acostó a dormir.

En su relato, el joven contó su adicción a las drogas desde que tenía 15 años, reveló a quién entregó los objetos que robó en la casa de la víctima y dio precisiones de todo lo que hizo en los días posteriores hasta el momento de su detención por parte de la Policía, atribuyéndose en forma exclusiva la autoría de este brutal homicidio.






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