Robin Thicke y Pharrell Williams lanzaron el tema del verano en 2013, pero "Blurred Lines" no envejeció nada bien: a las críticas por su letra sexista se le sumó un juicio por derecho de autor que les costará 5 millones de dólares.
Era una canción pegadiza más allá de la letra que trataba a la mujer como un animal a domesticar, y el motivo se supo eventualmente: está hecha sobre la música de "Got to Give It Up", un tema de Marvin Gaye estrenado en 1977.
El juez de California John A. Kronstadt falló esta semana a favor de la familia de Gaye, que en 2013 había iniciado acciones legales contra Thicke, Williams y la empresa de Williams, More Water From Nazareth Publishing Inc., por lo que impuso un resarcimiento de U$S4.983.766,85.
La familia de Gaye no sólo recibirá el resarcimiento correspondiente sino que también tendrá el 50% de las ganancias que produzca la canción por el derecho de autor y su publicación.
El primer revés legal que tuvo la canción fue en 2015, cuando un juez determinó que era un plagio de la canción de Gaye. "Pharrell creó 'Blurred Lines' con su corazón, mente y alma, y la canción no fue extraída de nadie ni nada más", aseguraron en su momento desde el entorno del productor.
Pero parece que el juez de California no escuchó razones.