Los rescatistas están cada vez más cerca de Julen, el nene que hace doce días cayó en un pozo en Málaga, España. En la noche del jueves excavaron dos de los cuatro metros de la galería horizontal con la que intentan llegar hasta él, pero cuando estaban a 65 centímetros de llegar al objetivo una roca dura impidió el progreso y ahora utilizan explosivos para avanzar.
"Después de 15 horas de trabajos, los mineros avanzaron casi dos metros de los 3,8 necesarios para llegar hasta Julen", dijo Francisco Delgado Bonilla, delegado del consorcio de bomberos de Málaga, que participa del operativo de rescate.
La última información es que cuando se estaba a 65 centímetros del niño, una nueva veta de cuarcita, de roca dura, hizo que se necesite de nuevo la intervención del grupo de explosivos TEDAX de la Guardia Civil para una cuarta micro voladura. Eso retrasará el operativo al menos una hora y media, informó el comandante Miguel Ángel Albéniz.
"Una vez más, la dureza del terreno demoró las excavaciones y obligó a los expertos mineros a realizar dos micro voladuras", indicó el experto, en diálogo con Diario Sur. Con el correr de las horas se tuvieron que llevar a cabo otras dos micro voladuras y ya son cuatro en total.
Delgado Bonilla insistió en la dificultad del operativo a cargo de la Brigada de Salvamento Minero, que trabaja a 72 metros de profundidad y con la hipótesis de que el nene "está cerca", lo que obliga a extremar las medidas de seguridad.
El operativo entró en la víspera en la fase final con el descenso de los rescatistas luego de once días de intensos trabajos de ingeniería para perforar un túnel vertical al pozo en el que cayó el 13 de enero.
Los mineros descendieron en una cápsula. El trabajo se realiza de forma manual, con martillos hidráulicos. A medida que avanzan sostienen el techo y los laterales con madera, una técnica típica de la minería tradicional del carbón.
Iniciada la última etapa del rescate, con los mineros excavando sin descanso -en turnos rotativos de a dos- el jueves por la noche la plaza de Totalán se abarrotó de vecinos que acudieron a acompañar a los padres de Julen en una vigilia convocada para rezar junto a ellos a la espera de un milagro.
Julen se encontraría debajo de un "tapón de tierra" situado a 71 metros de profundidad, con lo que la única esperanza de que siga con vida es que se haya formado una "bolsa de aire" que le permita respirar.
Mientras continúa la angustiosa espera, los padres de Julen tuvieron que hacer frente, incluso amenazando con acciones legales a las personas que están difundiendo rumores en las redes sociales, que fueron desmentidos por la Guardia Civil, acerca de su presunta responsabilidad en la caída del niño, lo que los convertirá en culpables de un homicidio involuntario.