Es una reacción natural de nuestro organismo frente a situaciones en las que percibimos amenaza. Ocurre en momentos inmanejables o difíciles en los que cada ser humano reacciona de manera diferente a las circunstancias, experimentando algún tipo de peligro inminente.
Sea esto real o imaginario, da igual, ya que el cerebro no cuestiona ni verifica si lo que estamos creyendo o sintiendo es verdadero o falso. Toda tirante y nerviosismo en aumento acrecientan el estrés emocional.
Las causas del estrés emocional son diversas. Por ejemplo: cuando enfrentamos la muerte o enfermedad de un ser querido, problemas de pareja, familiares, malestar laboral, inconvenientes económicos, dificultades de convivencia, baja autoconfianza y estima personal, relaciones vinculares tóxicas y relaciones sociales deficitarias, desorden general, insatisfacciones en expectativas; mucha exigencia en poco tiempo, climas tensos y desfavorables en el trabajo, el colegio, la oficina, la organización, etc.
¿Cómo reconocer si estoy atravesando estrés emocional? Algunos síntomas físicos podrían ser: dolor de cabeza, mareos, problemas digestivos, dolores musculares, afecciones en la piel, resfríos, aumento de los niveles de colesterol o hipertensión, insomnio, nerviosismo, enfermedades autoinmunes, falta de concentración, confusión, irritabilidad, disminución del apetito, voracidad-compulsión alimentaria, indigestión, manos sudorosas y frías, fatiga, dolor de espalda y nuca, apretar las mandíbulas, disfunción sexual, trastorno del sueño, olvido, dificultad para tomar decisiones, estado de ánimo cambiante, maltrato a los demás, pensamientos negativos recurrentes, irritabilidad, depresión, manifestaciones de rabia, enfado, indignación, tristeza, sentimiento de pérdida, desamparo o indefensión, asco, repugnancia, odio, vergüenza, degradación, culpa, responsabilidad, apatía, aburrimiento, desinterés, frialdad, etc.
Somos seres sistémicos, todo está relacionado con todo en nuestro ser: nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestro mundo de conversaciones e interpretaciones a través del lenguaje, nuestro entorno.
Cuando el estrés se prolonga en el tiempo, la salud se deteriora constantemente.
Esto puede llevarnos a interminables visitas médicas, pasando por estudios, análisis y tratamientos para las distintas dolencias.
Pero si no se resuelve "la causa" que dio origen al estrés, inevitablemente se seguirá teniendo una salud endeble. Identificar el origen del problema es el primer paso hacia la solución. Porque resolver el síntoma no resuelve la causa.
Recomiendo pedir ayuda.
1-Acudir al médico por un chequeo general del cuerpo.
2-Solicitar consultoría psicológica, especializado en procesos de cambios, identificar la causa de los conflictos emocionales, distorsiones de percepción para modificar la perspectiva y resignificar, revisando la historia personal, el árbol genealógico y descubriendo patrones tóxicos de comportamiento, lealtades disfuncionales, mandatos familiares, etc.
3-Tomar sesiones de coaching. Los coaching ontológicos somos especialistas en desarrollo y empoderamiento personal, gestión de cambio, cumplimiento de metas realistas, acompañamos para que el cliente adquiera herramientas específicas para ello. Esto también es un excelente antídoto contra el estrés emocional, así como para cualquier problema de origen emocional.
4-Sumar algunas otras prácticas beneficiosas para vencer al estrés y recuperar la paz mental y emocional: el yoga, el ejercicio físico, técnicas de meditación, relajación, la oración, escuchar música clásica, escribir, contactar con la naturaleza, alimentación saludable, dormir bien descansando reparadoramente, eliminar sustancias toxicas y adicciones, reírse mucho, disfrutar y hacer lo que te apasiona, frecuentar a los seres queridos, aceptar lo que no puede cambiar, aprender a decir que NO, perdonar, soltar.
"La salud es como el dinero, nunca tenemos una idea real de su valor hasta que lo perdemos". Josh Billings