CLORINDA (de n/agencia) - Docentes que asisten a diario a las escuelas Nº 280 de la Colonia Loro Cué y Nº 118 de Apayerey, deben sortear muy complicados caminos para llegar hasta sus lugares de trabajo y cumplir con su compromiso de educar. En los días de lluvia y hasta varios días posteriores, los caminos se tornan imposibles para vehículos livianos y motocicletas, por lo que un largo tramo de tierra, inundado con mucha frecuencia, debe ser sorteado caminando por los educadores.
Alguna caía con chapuzón incluido o peligrosas alimañas y ofidios, completan el escenario por el que transitan estos maestros rurales, para cumplir con su noble faena y no dejar sin la posibilidad del aprendizaje a los niños y adolescentes lugareños. En diálogo con La Mañana, el docente Silvio Reynaldo Delvalle de Colonia Apayerey, con 22 años de educador, refirió que al mal estado de los caminos de acceso a la mencionada comunidad se suma el de todas las otras colonias de la jurisdicción, los que se convierten en "una gran barrera a sortear para llegar a las aulas, al encuentro de nuestros niños que nos esperan ansiosos".
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