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La adultez madura es cuestión de actitud y sentido y no de edad

Una columna de Tona Galvaliz



La vida es un regalo de principio a fin, es un don de Dios. No pedimos nacer, no sabemos vivir con plenitud y no queremos morir. ¿Qué paradoja, verdad?No somos inmortales, no viviremos eternamente porque somos finitos y si de algo debemos estar seguros es de que todos vamos a morir. Nuestro declive no llega con la adultez mayor, pero sí con el abandono y olvido de sí.Atenderse, refrescárselo mejor posible están bien, pero, no querer aceptar el paso del tiempo pretendiendo permanecer eternamente joven es señal de incoherencia, esto es un desorden mental.¿Por qué esconder la edad como si eso fuera una enfermedad?Me resulta muy cómico cuando a algunas personas se les pregunta su edad y se ponen nerviosas, transpiran y expresan sus años dividiendo la cifra con punto en el medio, como si fuera un dial o un canal de radio, intentando alivianar la cifra, por ejemplo 6.8 en lugar de 68 años.Ocultar o restarse edad habla de recortar nuestra historia personal reduciendo nuestras vivencias mantenidas con nosotros mismos, con familiares, amigos, queridos y conocidos; dejando de lado momentos únicos que imprimieron huellas profundas en aprendizajes, creciendo a través de ellas. Hoy somos quienes somos gracias a todo eso que nos construye en quienes estamos siendo; dentro nuestro está toda esa sabiduría, esos tesoros recogidos del camino andado y justamente ésta es nuestra perla preciosa emanada mediante la adultez mayor.Seguramente escuchaste frases como ¡Y, no hay viejo sin queja! ¡Y, acá estoy pasando el tiempo nomás! ¡Más sabe el diablo por viejo que por diablo! ¡Vejez y hermosura nunca se vieron juntas! ¡La vejez no viene sola! ¡Ya estoy viejo para eso!¡Viejo es quien pierde la jovialidad y alegría de vivir! Porque la adultez madura es cuestión de actitud y sentido y no de edad.Es natural que con los años se produzcan deterioros, degeneración de las células, es propio del desgaste vivido; yo diría que te gastaste por amor, entregaste tu juventud, diste tu 100%; Según el Dr. Víctor Frankl, padre de la Psicología Existencial llamada Logoterapia, considera a esta entrega como valor creativo, es tu contribución al mundo, tu obra que ofreces a la vida y a otros, es trascender y seguir vivo en la memoria de los demás; ahora sentirse viejo por los desgastes es habilitar el deterioro del espíritu y no tomar el valor que tú representas.Hay quienes consideran a la adultez mayor como la sala de espera de la muerte. ¡Ya fueron! como se dice.La vejez empieza cuando te aíslas, te entregas, te rindes creyendo que no tienes nada para dar, cuando te opacas por las limitaciones, cuando te pesan los años porque perdiste tu norte, tu sentido y gusto por la vida.Eres adulto mayor si con brillo en los ojos todavía persigues tus sueños, si aún tienes ganas de realizar algún tipo de actividad, o te sorprendes y te atreves a aprender cosas nuevas, si te reúnes con tus pares para disfrutar al aire libre juntos, si cada día de vida lo vives como si fuera el último día de tu vida con mil razones para disfrutar, o si continuas entregándote y brindando con entusiasmo, planificas y armas tu agenda para usar tu experiencia construyendo proyectos nuevos, o si además de tener presente tu ayer y al recordarlo haces latir tu corazoncito más rápido del mismo modo que agradeciendo tú ahora regalas sonrisas por estar con vida.No todas las personas tienen el privilegio de poder transitar esta etapa, ¡porque ya no están! Partieron. Tal vez si le pudiéramos preguntar qué hubiesen preferido ¿morir joven o poder llegar a la adultez mayor? Las supuestas respuestas las dejo a tu criterio. Pero como ya no están, esa pregunta hoy te la hago a vos que estás leyéndome, ¿Qué preferís, morir joven o llegar a la adultez mayor?Y si seguís leyéndome es porque aún estás vivo y te regalo otra pregunta, ¿Qué estás haciendo con tu vida? ¿Dónde quedaron tus sueños? ¿Qué mundo le estás dejando a los que vendrán después de vos? ¿Cómo tratas a los adultos mayores y cómo te gustaría ser tratado? ¿Cómo te gustaría ser recordado por tus seres amados cuando ya no estés?  Al morir, sólo nos llevamos lo que hemos sembrado.


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