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Osmar Budiño, un inconformista que indagó en diversas formas del arte y rompió con lo tradicional

A poco tiempo de su fallecimiento, la profesora Marisa Budiño, hija del renombrado artista, recordó su obra y su vida, señalando que fue un "espíritu inquieto" que se hallaba en búsqueda contaste de nuevos modos de expresión



Escultor y tapicista autodidacta". Así se definió Osmar Budiño, quien falleció el pasado 17 de enero a los 86 años, dejando no sólo una gran cantidad y variedad de obras plásticas realizadas, son también un legado cultural compuesto por obras literarias y emprendimientos culturales que marcaron "un antes y un después" en nuestra provincia.Osmar Budiño fue un destacado artista visual, escritor y promotor cultural, que nació en Santa Fe el 12 de junio de 1932; llegó a Formosa por primera vez en 1954, en calidad de maestro, y se radicó definitivamente en nuestra provincia 1962. Estaba casado con Mirna Beatriz Mendoza, con quien había contraído matrimonio en Santa Fe. Se divorció en 1985, tras lo cual viajó a diversos puntos del país y elaboró diversas producciones artísticas, para luego regresar de modo constante a Formosa. En 1993, en Mar del Plata, le detectaron un cáncer en las cuerdas vocales, tras lo cual debió someterse a una operación que lo dejó sin habla. Luego de esa intervención, comenzó a usar un membranófono, y regresó a Formosa, para residir en la casa de la familia. Mendoza murió en 2013, y Budiño se siguió dedicando a su arte hasta su fallecimiento.Su obra escultórica más reconocida es el Monumento a los Colonizadores, encargado en 1979 por el Gobierno provincial y ubicado a pocos metros del edificio de la Municipalidad de Formosa. Esta obra, inspirada en una fotografía de los padres de Mirna Mendoza -quienes eran inmigrantes italianos-, fue elaborada con martillo eléctrico, y con bloques de piedra que fueron transportados desde Córdoba.Además, representó a la Provincia en numerosos concursos y eventos culturales, y obtuvo importantes reconocimientos. Participó de exposiciones individuales en Mar del Plata y en Formosa, incluyendo muestras organizadas por la Fundación La Mañana. También, intervino en muestras colectivas con la Peña Horizontes, agrupación cultural pionera en el territorio provincial.Algunas de las importantes distinciones que obtuvo este creador autodidacta fueron el Primer Premio del Salón de Plástica "Regimiento de Infantería de Monte 29" (1968), el Primer Premio "Tragedia Fortín Yunká" del Gobierno de Formosa (1969) y la Mención de Honor del VII Salón IDEM de Mar del Plata.Por otra parte, Budiño fue uno de los fundadores de la Escuela de Bellas Artes de Formosa, y se destacó como autor de numerosos proyectos, como el del Museo de Arqueología de Formosa. Por otra parte, fue miembro de la excavación que descubrió las primeras urnas funerarias provinciales.Marisa Estela BudiñoBúsquedaEn diálogo con Cronopio, la profesora Marisa Estela Budiño, hija del multifacético artista, afirmó que su padre fue "un espíritu inquieto", que "indagó en diversas formas de expresión, con un desarrollo estético a partir de una formación autodidacta, porque no asistió a ninguna Academia ni se formó con artistas"."Trabajó de acuerdo a las posibilidades que tenía en los lugares en donde desarrolló su vida. Trató de imbuirse de las diferentes expresiones culturales. Era local y cosmopolita a la vez. Tenía esa ductilidad frente al arte y a la vida en general. Así como disfrutaba de la pesca en la Formosa de las décadas del 60 y el 70, su etapa más productiva, buscaba conocer los nuevos movimientos estéticos a través de los libros y revistas, que eran los principales medios a los cuales se podía acceder a esa información", relató la docente."En las décadas del 60 y el 70, él siguió de cerca el desarrollo de los Salones de Artes Plásticas de Buenos Aires y de Santa Fe, en la búsqueda de captar los cambios de esos tiempos, con estéticas que rompían con lo tradicional, pero siempre desde el autodidactismo, con procesos de ensayo y de error, que pude vivir durante toda mi niñez", agregó."No obstante, mi padre reconocía a aquellas personas que tenían formación y que podían aportar conocimientos, pero ese otro tenía que impactarle para poder aceptar que le podía trasmitir algo. La estética de la búsqueda y de la ruptura con lo tradicional fue lo que marcó toda su producción", indicó."Además de ser un espíritu curioso, con una eterna insatisfacción que lo llevaba a concluir un trabajo y pensar de inmediato en el próximo, fue una persona muy frontal y polémica. No pasaba inadvertido, porque esa provocación constante en sus ideas y en su forma de concebir el mundo hacía que sacudiera el 'amodorramiento' provinciano. Tenía un discurso propio frente al arte y el campo cultural, que siempre estaba en tensión con otras personas. Por ello, despertaba una gran simpatía o un rechazo absoluto", especificó la educadora."Él nunca dejó de ocuparse del arte, y tuvo muy buenos empleos en la provincia de Formosa, pero un tiempo después terminó renunciando, porque prefería dedicarse a la actividad artística. En mi opinión, le tocó actuar en una época en la cual Formosa no contaba con un mercado del arte que permitiera satisfacer su estilo de vida", aseveró."La mayor parte de su producción es desconocida por el público, porque no entraba en un circuito de mercado cultural, con una estética que no es realista ni figurativa. Es una producción rica, febril y abigarrada. La defino como 'neta' o 'absoluta'. Si en su producción hay un cuadro o un tapiz, no puede haber otra cosa", remarcó la investigadora.ElementosTras haber comenzado como escultor, Osmar Budiño se dedicó a lo que llamó "Arte textil", elaborando tapices y otras creaciones. A lo largo de su actividad, este artista se caracterizó por trabajar con elementos como hilo artificial o de algodón sobre lienzo, con la inclusión de elementos como canutillos, botones y perlas. En ciertas ocasiones, empleó plumas de chuña sobre tela de arpillera decolorada, quemada parcialmente y con algunas zonas pintadas con acrílico. A su vez, en escultura utilizó materiales como palo santo, palo blanco, cemento, piedra, mármol, barro cocido, madera -a veces integrada con sogas o tejidos en lana- y metal. En los últimos años, se dedicó al dibujo y a la pintura.Otra faceta destacada de Budiño fue su labor como escritor. El diario La Mañana publicó artículos de opinión, cuentos y poesías de su autoría, y varios diarios de Mar del Plata editaron otros textos suyos. Sumado a esto, ganó el Concurso de Poesías Pegaso Ediciones en abril de 1989. "La Fundación La Mañana fue una gran impulsora de su obra, facilitando auspicios y espacios para exposiciones y para publicar sus textos literarios y sus artículos de opinión, donde plasmó la situación de muchos artistas del interior del país", destacó.Para finalizar, Marisa Budiño indicó que planea organizar una muestra en homenaje a su padre, pero aclaró que en un futuro próximo informará la fecha y el lugar de la exposición.


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