"Me vino", "Estoy con Andrés", "Estoy indispuesta", "Tengo la regla", "Tengo el período". Son muchas las acepciones que a nivel mundial se utilizan para hacer referencia a la menstruación, eso que nos sucede una vez al mes y que es completamente natural.Según explica la médica Daniela Am en su página Ginesalud.fem, la menstruación "es la caída del endometrio funcional con pérdida de sangre y flujo"."Todos los meses, el útero se prepara para albergar un embrión y cuando no se produce la fecundación, ese endometrio que se estaba preparando para que se implante el embrión, recibe señales de que no hay embarazo y se cae, generando el sangrado ciclo a ciclo", detalla la profesional.Pero, ¿qué sucede con este proceso cíclico desde la perspectiva del resto de la sociedad? El documental "Period, end of sentence", que ganó un Oscar este año, muestra cómo en India menstruar es sinónimo de suciedad y enfermedad.Durante 26 minutos se detalla de la manera más profunda y cruel la vida de las mujeres que no pueden entrar a los templos a rezar cuando atraviesan este período. Los hombres que conviven con ellas aseguran que escucharon hablar de la menstruación y que para ellos es una enfermedad "que afecta principalmente a las mujeres".Hasta tal punto llega este tabú que acceder a recursos para proteger el sangrado es casi una utopía. Las entrevistadas se tapan los rostros cuando les preguntan qué usan y con vergüenza afirman que se ponen telas. Estas son luego desechadas y muchas veces descubiertas por perros. Cuando eso ocurre, la vergüenza es aún mayor.Para contrarrestar la hostil recepción de esta situación por parte de la sociedad, las mujeres comienzan a trabajar fabricando ellas mismas sus toallas higiénicas. La máquina para confeccionarlas fue creada por un hombre que reconoce: "La menstruación es el mayor tabú en mi país". Aclara, además, que su intención es que en India todas las mujeres puedan usarlas, y no sólo el 10%, como sucede actualmente.En países de América, las mujeres tenemos diferentes opciones para gestionar nuestro ciclo, pero las más conocidas y comercializadas son las toallitas y los tampones. Ambas son compradas durante los años que menstruamos, todos los meses, por quienes pueden hacerlo. Otras no cuentan con el presupuesto necesario (en un contexto de desigualdad laboral y salarial entre varones y mujeres) y deben resignar este aspecto de su economía. Pero, a pesar de contar con opciones dentro del mercado, la menstruación continúa siendo un tabú en diferentes países. Un ejemplo de esto son las publicidades, que eligen no mostrar sangre sino un líquido celeste que mágicamente se distribuye sobre la toalla. Las mujeres que menstrúan en las publicidades están siempre radiantes, usando las mejores ropas. Incluso una reconocida empresa asegura que usando sus productos vas a ser una "Miss", incluso en "esos días".Lo cierto es que el síndrome pre-menstrual existe y genera en muchas nerviosismo, depresión, ansiedad e inestabilidad emocional. No todas atraviesan este momento como si nada estuviera pasando y lo cierto es que nadie debería exigirles eso."Me vino", "Estoy con Andrés", "Estoy indispuesta","Tengo la regla", "Tengo el período". Son muchas las acepciones que a nivel mundial se utilizan para hacer referencia a la menstruación, eso que nos sucede una vez al mes y que es completamente naturalEs necesario reconocer que en este contexto, la marca Nosotras lanzó recientemente una publicidad para romper con los tabúes, bajo el lema "El período es normal, mostrarlo también debería serlo". Sin embargo, es importante también trabajar desde la infancia para romper con las viejas tradiciones que hicieron que en este siglo todavía se espere la llegada de la menstruación para calificar a una nena de "señorita" por su capacidad para procrear en un futuro (que no debería ser muy lejano), o que entre adolescentes se pasen toallitas por debajo de las mesas como si estuvieran haciendo algo ilegal, o que se inventen miles de historias para evitar decir: "Estoy menstruando".La subdirectora general para Salud de la Familia, la Mujer y el Niño de la Organización Mundial de la Salud, Flavia Bustreo, asegura que "en todo el mundo, demasiadas niñas sólo aprenden algo sobre la menstruación el mismo día en que tienen el primer período. Puede parecer horrible o absurdo que esto suceda, pero muchas niñas no reciben educación en materia de salud sexual y reproductiva. Sus familias, comunidades y escuelas les han fallado".Tener una relación amorosa con el período menstrual es clave para recibirlo de buena manera y no verlo como algo que genera espanto, producto de lo que la sociedad estableció. Informarse, preguntar y sacarlo de la lista de temas sobre los que no se habla es una salida clave para que a los 15 años (o antes) una nena no se vea acorralada ante su primera menstruación, sin saber lo que le está pasandoConocer otros mecanismos que también deben ser sacados de la oscuridad es una estrategia que rompería con el establishment comercial. Un ejemplo que está tomando cada vez más notoriedad es la copa menstrual, definida por Daniela Am como "un recipiente de silicona médica que introducimos en la vagina durante nuestro ciclo y es muy fácil de usar". Algunas de sus ventajas son una mayor capacidad de retención, duración de cinco a diez años, elimina la posibilidad de contraer irritaciones e infecciones y lo más importante: con su uso "inicia un camino que lleva a reconectarte con tu sangrado y a un entendimiento del cuerpo que teníamos olvidado con el uso de desechables" para "dejar de ver al ciclo menstrual femenino como algo asqueroso y hasta como un padecimiento".Informarse, preguntar y sacarlo de la lista de temas sobre los que no se habla es una salida clave para que a los 15 años (o antes) una nena no se vea acorralada ante su primera menstruación, sin saber lo que le está pasando.