El presidente Mauricio Macri dijo que está "caliente" porque todos quieren "tomar atajos" y no entienden que él y su equipo son "la generación que vino a fundar" el país.Pero una gestión se mide por los resultados. No hay otra forma. Y en torno a ello todos los indicadores económicos y sociales están al rojo vivo, un dólar incontrolable, tasas de interés por las nubes, un festival de deuda y timba financiera amenazan los días del gobierno de Mauricio Macri, quien en un intento desesperado por recobrar credibilidad recurre a tocar las pasiones de los Argentinos con discursos increíbles para cualquier ciudadano que no esté fanatizado por el odio o el rencor de esa famosa grieta que ellos mismos crearon y la cual les rindió unos dividendos magníficos estos años.Ahora bien, el relato de este Gobierno choca de frente con la heladera de los hogares y con los servicios públicos que no dejan de subir y amenazan en convertirse en impagable el próximo trimestre.Sólo la voluntad del Fondo Monetario Internacional inyectando dólares puede parar este proceso de desgate económico que se perfila como en el 2001 a dejar millones y millones de compatriotas fuera del sistema.El cuadro se agrava porque el Poder Judicial Federal sigue en fuga, sumándole ahora un escándalo de espionaje político y judicial que muchos denunciábamos ya pero que poco se publicaba. Jueces, periodistas fiscales y agentes de Inteligencia sueltos por todos lados son el nuevo condimento de esta democracia de baja intensidad que padecemos como pueblo. El fiscal Stornelli, nos enteramos ahora, mandaba a vigilar a su actual pareja por celos, claro todo esto pago con fondos públicos.Todo esto que pasa sería imposible si no se cuenta con un poder del oligopolio de medios de comunicación que todos los días nos adormecen el sentido crítico, orientando mediante estrategias bien armadas la opinión, los odios y los temores de la ciudadanía.El temor y la incertidumbre son paralizantes. Y generalmente se deja de pensar y prima el impulso gregario, de hombre masa, llevado por aquello que los medios hegemónicos se encargan de martillar diariamente, hora a hora, minuto a minuto: que solamente Macri es la salida.Como lo dice el Presidente, en el mismo discurso de sofistas: "La única salida soy yo".Claro que hay otro camino. Ya lo transitamos que vivimos mejor. Podíamos darnos el gusto de elegir qué comer todos los días y no estar dependiendo de qué está más barato.Hemos bajado la calidad de vida con la institucional. Perdimos mucho. Es hora de que comencemos a recuperar los derechos conculcados.Los radicales tienen un rol importante en estos tiempos, deberán hacer primar los valores centenarios de su partido o los kioscos que tengan con este Gobierno nacional.