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Comenzó el juicio al conductor de la camioneta que atropelló y mató a tres jóvenes en la entrada a Pastoril

El imputado, Diego Torres, llegó a juicio privado de libertad. Está acusado de triple homicidio culposo agravado por conducir en estado de ebriedad y con exceso de velocidad. Declararon un médico forense y dos peritos criminalísticos. El juicio seguirá el martes 16 de este mes



Comenzó el jueves en los Tribunales de esta capital el juicio oral y público al conductor de la camioneta que atropelló y mató a tres jóvenes que circulaban a bordo de una moto el 17 de septiembre de hace dos años en el acceso a Colonia Pastoril, a unos 70 kilómetros al norte de la ciudad de Formosa.La audiencia comenzó pasadas las 9 en el quinto piso del Edificio de Tribunales y estuvo presidida por los jueces de la Cámara Segunda en lo Criminal, Ricardo Rojas, María Nicora Buryaile y Lisandro Cabral.El caso es muy recordado por el número de víctimas y las connotaciones sociales que tuvo en esa zona de nuestra provincia.Ese día, en horas de la siesta, Diego Torres, de 31 años, conductor de la camioneta Ford Ranger que protagonizó el triple homicidio, venía de una jornada de pesca acompañado de otros cinco amigos, uno de los cuales iba como acompañante en la cabina y los otros cuatro en la caja del rodado. Se desplazaban por la ruta provincial Nº 2 y en la intersección con la avenida Néstor Kirchner, en la entrada al pueblo, chocaron con una moto de 110 cilindradas que se disponía a cruzar la cinta asfáltica ocupada por las tres víctimas: los hermanos Gustavo y Patricio Céspedes y Eduardo Sbardella. Tras el impacto, la moto quedó enganchada en el paragolpes delantero de la camioneta y fue arrastrada poco más de 60 metros por el pavimento, y en el trayecto iban siendo despedidos por el aire en forma progresiva sus tres ocupantes: primero salió lanzado Sbardella, quien quedó tendido sobre la ruta muy cerca del punto de impacto, luego a 40 metros, pero sobre la banquina, terminó el cuerpo de Patricio Céspedes, y a 50 metros fue hallado su hermano Gustavo. Los tres murieron en el acto a causa de los diversos y graves traumatismos sufridos por la violencia de la colisión.Al momento del siniestro vial el día era soleado y ambos rodados tenían un amplio campo visual, mientras que la ruta y el camino de acceso se encontraban en óptimas condiciones de transitabilidad.El juicio oral y público que comenzó ayer fue seguido por integrantes de la Asociación Unidos por el Dolor, familiares de las víctimas y del imputado y público en general.Ayer declararon como testigos el forense que realizó la autopsia a los tres cuerpos y los dos peritos de la Policía, tras lo cual el Tribunal resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta el martes 16 de este mes.No declaróEl acusado Diego Torres se abstuvo de prestar declaración en la audiencia de ayer, por lo que el Tribunal se remitió a lo que el joven declaró oportunamente ante el juez de Instrucción.En esa oportunidad había manifestado que horas antes del hecho se encontraba con cinco amigos pescando en el riacho Montelindo, donde además de ingerir alimentos también consumieron bebidas alcohólicas, algo que quedó acreditado porque después del choque encontraron en la camioneta 16 botellas vacías de cerveza.En su declaración primigenia Torres deslindó su responsabilidad en el caso al señalar que fue la moto la que embistió su camioneta, indicando que antes del impacto frenó su rodado y trató por todos los medios de esquivar al ciclomotor para evitar la colisión, sin poder lograr su cometido. También dijo que circulaba a 80 kilómetros por hora.El joven está siendo juzgado por el delito de triple homicidio culposo agravado por conducir antirreglamentariamente con exceso de velocidad y en estado de ebriedad.Llegó al juicio detenido y es defendido por los abogados José y Francisco Giménez, en tanto del otro lado la fiscal del caso es Norma Zaracho y el abogado querellante en representación de la familia de una de las víctimas es José Pesolano.De los testigos citados al juicio, el primero en declarar fue el médico forense que realizó la autopsia de las tres víctimas, el doctor Eliseo Andrés Fagiano.El profesional se refirió al tipo de lesiones sufridas por las víctimas, dio precisiones sobre los politraumatismos sufridos y dijo que las heridas registradas eran compatibles con la entidad de la colisión, el posterior arrastre y la caída sobre el pavimento y la banquina.También respondió preguntas formuladas por la fiscal Zaracho y el querellante Pesolano respecto a los diferentes niveles de ebriedad y el impacto que cada uno de esos estados tiene en las personas, puntualmente la incidencia a la hora de conducir un automóvil.Según los resultados de los análisis efectuados ese día al imputado, al momento del hecho vial el mismo tenía 0,66 gramos de alcohol en sangre.Peritos afirman que la camioneta iba a 148 kilómetrospor hora y que la moto ya había cruzado la mitad de la rutaLos peritos del Gabinete Criminalístico de la Policía de la Provincia que ayer declararon ante el Tribunal y las partes del proceso coincidieron en señalar que la camioneta se desplazaba a 148,42 kilómetros por hora cuando embistió a la moto ocupada por las tres víctimas.La licenciada Natalia Figueredo, una de las profesionales que realizó la pericia accidentológica de este hecho, declaró por casi una hora y en exposición respondió las numerosas preguntas formuladas por los jueces del Tribunal, la fiscal, el abogado querellante y los defensores del imputado.Las preguntas estuvieron orientadas a conocer con exactitud cómo los peritos determinaron que la camioneta iba a esa velocidad y que fue la Ford Ranger la que atropelló a la moto y no al revés.La licenciada Figueredo explicó que no encontraron rastros de frenada de ninguno de los vehículos protagonistas, ni antes ni después de la colisión, por lo que se infirió que el impacto fue de lleno y a la velocidad que ambos rodados llevaban en ese momento."La moto fue arrastrada 64 metros después de quedar enganchada por la camioneta", precisó Figueredo, quien afirmó que fue la camioneta la que embistió a la moto. "Tomamos en consideración los rastros de arrastre de la moto, los daños que sufrieron ambos vehículos y la fuerza activa que llevaban los vehículos", indicó la profesional, quien recordó que la masa del rodado de mayor porte es la que lleva la fuerza activa en una colisión.Recordó Figueredo que el siniestro ocurrió en una recta sobre la ruta provincial Nº 2, que no había obstáculos de visibilidad para ninguno de los dos vehículos y que la moto circulaba por una calle de tierra transversal a la ruta, que hace las veces de acceso a Colonia Pastoril."Había señales de tránsito antes y después de la zona de impacto y hay que tener en cuenta que la camioneta estaba ingresando a una zona urbana, además de la existencia en las cercanías de una escuela", refirió la perito ante una pregunta de la fiscal Zaracho.IncongruenciaA su turno, el licenciado Orlando Arena, el otro profesional que realizó la pericia de este caso, fue categórico al afirmar que el relato que en su defensa hizo el imputado Diego Torres no se condice con el escenario del hecho ni con los resultados que arrojaron los estudios físico-científicos efectuados en torno a los rodados protagonistas, el lugar donde fueron encontradas las tres víctimas y los despojos que quedaron en el lugar.Ratificó la exactitud y precisión de la pericia que llevó a cabo juntamente con su colega Natalia Figueredo, y descartó posibles errores en las conclusiones."Nosotros hacemos las pericias en base a datos hallados en el lugar del hecho que luego son sometidos a cálculos y estudios sobre fórmulas que están científicamente probadas. Hacemos una evaluación y sacamos conclusiones que son exactas", insistió Arena ante preguntas formuladas por los defensores del acusado.El profesional coincidió con la perito Figueredo respecto a que no quedaron rastros de frenadas antes ni después de la colisión y que fue la camioneta la que atropelló a la moto, a la que terminó arrastrando 64 metros por la ruta. "Los ocupantes de la moto fueron lanzados a medida que la moto era llevada a la rastra, el primero en salir despedido fue Sbardella, luego le siguió Patricio Céspedes y finalmente Gustavo Céspedes", resaltó.Si bien los peritos admitieron que en una ruta siempre tiene prioridad de paso el vehículo que transita por la misma, Arena aclaró que en este caso puntual la camioneta estaba ingresando a una zona urbana y el conductor tenía que haber reducido la velocidad, sobre todo porque "la moto ya estaba pasando la mitad de la ruta", enfatizó."La moto ya había ingresado a la ruta y estaba cruzando más de la mitad, algo percibió el conductor de la camioneta por el campo visual que tenía", insistió el perito, quien consideró que la prioridad de paso que tenía la camioneta por circular por la ruta la perdió desde el momento en que la moto ya había subido a la cinta asfáltica y estaba trasponiendo la parte media de la misma.


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