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Por ley, el acoso callejero es violencia contra las mujeres

Hablemos de igualdad: por Heliana Guirado, periodista y licenciada en Ciencias de la Comunicación



Año 1975, la novelista y feminista alemana Verona Stefan, escribía: "Las miradas de los hombres me asaltan, se meten por los pliegues de mis vaqueros entre mis piernas cuando bajo las escaleras del metro. Me llegan silbidos y chasquidos con la lengua. Por la tarde, aparecen todas las marcas del día bajo la ducha, bajo la piel".Tras varios años de lucha y un esfuerzo inconmensurable por establecer a través de definiciones, cifras y ejemplos el daño que genera a las mujeres sentirse inseguras y violentadas en el espacio público, hoy Argentina da un paso importante en materia legal.Esta semana, y por unanimidad, el Senado convirtió en ley el proyecto que define al acoso callejero como una forma de violencia contra las mujeres. Ante este hecho, se modifica la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, para poder incluir esta conducta.Puntualmente, la "violencia contra las mujeres en el espacio público" es definida en la nueva ley como "aquella ejercida contra las mujeres por una o más personas, en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciales, a través de conductas o expresiones verbales o no verbales, con connotación sexual, que afecten o dañen su dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia, o generen un ambiente hostil u ofensivo".Además, a partir de ahora el Instituto Nacional de las Mujeres (que elabora políticas, programas e iniciativas destinadas a empoderar a las mujeres y promover la igualdad de género y la erradicación de la violencia) tiene la obligación de abrir una línea gratuita que servirá como un medio de contención, información y asistencia a las víctimas. Algo similar a la línea 144. Esta funcionará en articulación con las provincias.Otro aspecto relevante es que la ley recién sancionada ordena a las fuerzas de seguridad a "actuar en protección" de las mujeres.La violencia en cifrasSegún el último informe de la asociación MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), con datos de 2017, el 93% de las mujeres argentinas reconoce haber sufrido acoso sexual en el espacio público, en cualquiera de sus formas. El estudio (en el cual se entrevistaron a 1.300 mujeres en 11 provincias) devela que "el 80% de las mujeres eligen ser acompañadas a la parada de colectivo, esto se debe a que el 70% sufrió alguna situación de inseguridad (acoso, arrebato, hostigamiento, abuso) mientras espera el transporte público". Por otro lado, el 90% de ellas se mantienen comunicadas durante su viaje en taxi por razones de seguridad.Puntualizando por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires, nuevas cifras develan el aumento de casos de violencia en la vía pública. Según publica el diario Infobae, "las denuncias por acoso sexual callejero en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires crecieron más de 50% en 2018 con respecto al año anterior, mientras que las vinculadas a exhibiciones obscenas aumentaron más de 40%"."Al remitirse a julio de 2017, se advierte que hubo seis denuncias. En el mismo mes del año pasado, las acusaciones subieron a 14. Del mismo modo, las presentaciones saltaron de 16 a 26, comparando los meses de octubre y de 11 a 39 en el caso de diciembre de ambos períodos.En total, entre junio y diciembre de 2017 se reportaron 98 denuncias por acoso callejero y fueron 154 en el mismo período de 2018, un incremento superior al 50%, según el Departamento de Recopilación y Análisis de la Información del Ministerio Público Fiscal porteño", detallan.En este contexto (y como ya lo hemos hecho en artículos anteriores), es necesario citar a la reconocida antropóloga Rita Segato, quien habla de la violencia moral y la define como "todo aquello que envuelve agresión emocional, aunque no sea ni consiente ni deliberada. Entran aquí la ridiculización, la coacción moral, la sospecha, la intimidación, la condenación de la sexualidad, la desvalorización cotidiana de la mujer como persona, de su personalidad y trazos psicológicos, de su cuerpo, de sus capacidades intelectuales, de su trabajo, de su valor moral. Y es importante enfatizar que este tipo de violencia puede muchas veces ocurrir sin cualquier agresión verbal, manifestándose exclusivamente con gestos, actitudes, miradas".En conclusión, la sanción de leyes, las políticas públicas y el presupuesto que invierte el Estado son herramientas que por supuesto sirven para eliminar la violencia contra las mujeres. Sin embargo, es fundamental no perder de vista que este es un problema cultural y social, producto de una relación desigual de poder dentro de un sistema machista que ha vulnerado y discriminado a las mujeres desde hace muchos años. Entenderlo así generará interés social en educar, informar, trabajar, manejar la economía y el sector público (en definitiva, cada sector donde las mujeres son violentadas) con perspectiva de género, para cambiar una realidad que hoy en día sólo ofrece víctimas. 


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