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Trabajar con sentido

Una columna de opinión de Tona Galvaliz



Los melones se acomodan cuando la carreta está en movimiento, esta frase es ideal para darnos cuenta de que "El Hacer genera Ser"; dicho de otro modo, en la medida de nuestras acciones nos vamos construyendo.

La vida es una gran oportunidad que nos llama a elegir y decidir libres ¡Quién queremos ser y qué deseamos entregar! 

Manifestando y afirmando en esos actos nuestra misión, invitados a comprometernos con valores sagrados, satisfaciendo necesidades y objetivos de modo responsable para concretarlos y dale vida a través de los roles y tareas laborales.

Una forma de encontrar sentido a nuestra vida es por medio de valores creativos de obras valiosas dejadas en la comunidad, aportando y contribuyendo más allá de la remuneración que percibiremos o no por ello.

Cuando nos implicamos con la vida con todas nuestras fuerzas persiguiendo un sueño entusiasmante o un proyecto inspirador vamos dejando huellas perdurables en la historia de la humanidad.

Al nacer venimos con dones diferentes para desplegarlos y utilizarlos creativamente en pos de algún propósito específico.

Te preguntaste alguna vez ¿para qué has nacido? ¿Qué espera la vida que tú le entregues? ¿Cómo puedes contribuir con ella? 

¡Devolvamos amor y vida a la vida!

Comenzar por lo más simple, como ser amarnos a nosotros, no podemos dar lo que no tenemos; continuar con cuidar amorosamente y educar a nuestros hijos o mascotas; atender a nuestros padres, quienes nos han dado la vida más allá de que hayan sido o no como hubiéramos deseado que fueran con nosotros, yendo más lejos por ejemplo en nuestro lugar o espacio de trabajo relacionarnos con pares entregando nuestro 100%, mejor versión y buena disposición. 

¿Te has dado cuenta de que la mayor parte de nuestro tiempo de vida la pasamos en el trabajo? ¿Qué es el trabajo? ¿Cuál es el sentido de trabajar?
Hablar de trabajo como un fin en sí mismo o por el sueldo se siente pesado y trabajoso, esto genera angustia y malestar; por el contrario, considerar el trabajo como una oportunidad para dejar algo nuestro cooperando con la creación se percibe lindo y liviano.

Trabajo se entendería como a la actividad o dedicación en que le otorgamos significado y sentido. Comprometiéndonos con éste, se consolida nuestra identidad a través de gestiones que nos definen, "somos nuestros actos".

El trabajo nos dignifica en él nos vamos descubriendo, reconociendo, reconstruyendo, de modo que con ese hacer nos vayamos convirtiendo en mejores personas.

Al considerar la triada 'Ser - Hacer-Tener' podríamos detenernos a repensarnos y darnos cuenta en cómo estamos viviendo el trabajo, ¿como medio para?, o ¿como fin en sí?

¿Cuál de esas tres dimensiones elegirías desarrollar a través del trabajo?: ¿Busco Ser? ¿Busco Tener? ¿Busco hacer sin saber para qué? ¿Busco ser en lo que elijo hacer? ¿Es para mí el trabajo únicamente un medio para tener? ¿Qué significa para mí tener? ¿Qué y cómo me siento al trabajar de ese modo?

Suscitar espacios de preguntas poderosas orientativas para rediseñar nuestro proyecto de vida, eligiendo diariamente en el quehacer las labores correspondientesy coherentes en relación a la misión y proyecto personal definido.

Concluyendo, el trabajo funciona como un espacio de expansión y empoderamiento de toda nuestra existencia, es un hermoso medio para trascendernos y comprometernos con la vida, con uno mismo, con el otro, habiendo encontrado previamente el sentido, propósito y misión de vivir.
Descubriendo el"para qué", los "cómo" aparecen fácilmente.

La vida espera nuestro aporte y el trabajo es uno de los lugares donde podemos responder con gratitud y generosidad el hecho de estar vivos; hecho que muchas veces nos coloca en ámbitos incomodos para que seamos luz en ellos. 
 
Y, cuando nuestro fin se acerque podamos decir como Amado Nervo:

"Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;

porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;

que, si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!

Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. 

¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!"


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