La Anti Po es un evento de freestyle callejero ya conocido en la ciudad, organizado desde el 2014 por Pedro Stoll. Empezó siendo un evento a pulmón autogestionado y hoy por hoy tiene apoyo de algunos sponsors y del Municipio. "En esta ocasión colaboramos por segunda vez con "Supremacía MC", competencia de nivel internacional, dando un cupo para la gran final nacional que se realizará el 7 de julio en Marcos Juárez, Córdoba", comentó Stoll a Cronopio. 

La última edición de la "Anti Po" esta vez se realizó en el sector de la fuente de la plaza San Martín. El escenario se colocó sobre la calle Sarmiento y alrededor; explotó de gente: la mayoría eran jóvenes de entre 16 y 25 años, aunque también había padres que acompañan a sus hijos e hijas y que también rapeaban como parte del público.

Los competidores suben cada dos al escenario, hacen "piedra, papel o tijera" para fijar quién comienza, y empieza el arte. Cada uno tiene su estilo y dentro de las temáticas que les tocan, combinan otras de su interés. Además de la rima, se toma en cuenta el contenido. Es decir, que no se estén diciendo sólo superficialidades o insultos para bajar al otro: "Para hacer esto hay que leer mucho sobre actualidad, estar informado desde política hasta entretenimiento. Para tener ideas en los remates", explicó "JM" en este sentido, cuando bajó del escenario. 

La competencia entre "MC's" (o freestyler) consiste en demostrar quién rapea mejor y quién es capaz de realizar en las rimas la mejor combinación de la lírica, la métrica, la fonética y el uso de los silencios. "Nosotros intentamos que los competidores saquen el máximo ingenio posible; entonces ponemos formatos complejos donde damos una temática, objeto o situación. El rapero mientras batalla tiene que crear una idea sobre eso y al mismo tiempo atacar al rival", comentó Stoll, el organizador.

"No se permite el contacto físico. Se evalúa mucho el ingenio, el flow (forma de fluir) y el punch line (acote o golpe verbal). Las faltas más comunes son las trabadas entre patrones, o algunos contactos ligeros", agregó. El respeto es una de las columnas del rap; si hay ingenio pero no hay respeto, no sirve demasiado.

En la Anti Po, los contrincantes improvisaron con una base y ajustándose a temáticas: "La improvisación consiste en un contrapunto de rimas, como una "payada moderna" donde varios competidores se juegan su ingenio, versatilidad y habilidad mental sobre una instrumental de fondo, demostrando así su eficacia. Las temáticas y situaciones son parte de la regla: en esta ocasión, los temas fueron autenticidad, religión, altura, entre otros. También dimos personajes contrapuestos donde los raperos tenían que representar el que les tocaba. Por ejemplo: Dios vs Mortal. Al final, los competidores tenían que contar al público y al jurado "por qué se merecían ganar", desarrolló Stoll.


La Anti Po tiene flow

Pedro Stoll tiene 20 años pero está metido en la movida del freestyle y el hip hop desde los 13. Es competidor y organizador reconocido nacionalmente. Trabaja para hacer crecer en Formosa la disciplina y para conectar a la provincia con toda la Argentina. Tal es así que la "Anti Po" va logrando posicionarse cada vez mejor dentro de las competencias regionales: la convocatoria de raperos lo demuestra. Esta vez, a los freestyler de capital se sumaron otros del interior provincial como Las Lomitas, Ingeniero Juárez, Subteniente Perín y El Espinillo. También hubo invitados de Buenos Aires, Salta, Misiones y Paraguay. Alrededor de 25 competidores subieron al escenario, todos de entre 16 a 26 años, pero sólo uno ganó: el formoseño Miguel Justiniano.

Miguel: "La capacidad no tiene límites" 

Miguel Justiniano es un rapero formoseño de 20 años que acaba de ganar la Anti Po 2019 y participará en la instancia nacional en Córdoba aspirando a llegar a la Supremacía MC en Perú. En diálogo con Cronopio, habló del freestyle en su vida.
"Estoy metido en el ambiente hace poco más de seis años. En ese tiempo participé de varias competencias y fui adquiriendo experiencia. A medida que fui ganando, me hice conocido", expresó. Miguel estudió Psicología en la Universidad de la Cuenca del Plata, pero abandonó la carrera "para dedicarme a lo que me gusta, el freestyle, y a mi sueño de ser artista".

Sobre su reciente logro en la Anti Po, comentó: "Ganar esta competencia significa mucho para mí porque es un desafío muy grande tener que representar a Formosa capital. Estoy emocionado y a la vez con mucha responsabilidad, pero me siento seguro y tengo buenas expectativas. Una oportunidad para demostrar que en Formosa hay mucho talento".

Miguel se metió en el freestyle como un hobby y con el tiempo -dice- le fue agarrando el gusto. El rap, las batallas de freestyle, estar en un escenario, el generar algo a otras personas que admiran desde abajo. Todo eso, en un combo, lo completaba: "Me di cuenta que era lo que me hacía feliz", dijo.
Rimar no es cosa sencilla, una parte es el talento, pero hay que preparase como en toda disciplina, y cada uno tiene su receta. En el caso de Miguel -contó-, su entrenamiento es más bien la práctica: "Casi todos los días estoy rimando, tirando free y escuchando música".
Su estilo va más por el flow. "Esa es la manera de rapear que tengo. Todo el tiempo estoy tratando de experimentar distintas maneras de fluir a la hora de freestylear", se describió. 

Además del trabajo en la voz y su musicalidad, hay un plus: enfrentarse al miedo escénico que muchas veces puede jugar en contra. En este sentido, Miguel dijo que se vale de la buena onda de la gente y así toma valor. "Siempre hay personas que me están tirando buena energía, les gusta lo que hago y respetan lo que hago", dijo. En teste sentido, aprovechó para dejar un mensaje a quienes recién están iniciando: "A los que no se animan, les puedo decir que la capacidad no tiene límites, que no dejen que sus miedos o algunas inseguridades los traben. Hay veces que hasta yo tengo nervios antes de subir a un escenario o de agarrar el micrófono, pero cada uno tiene su manera de enfrentar ese tipo de cosas. Es cuestión de encontrar esas herramientas".